Más sobre Los Pumas y el triunfalismo argentino, de Alejandro Rozitchner:
Alrededor de este tema de la comparación entre Los Pumas y el fútbol es posible observar la exposición de dos facetas del espíritu nacional, dos aspectos de la Argentina, dos modos de vivir, dos tendencias que también están en nuestras personalidades.
Entre estas caras de la Argentina hay una tensión de fondo, tal vez más fundamental y orientadora de la que se arma alrededor de los temas ficcionales de “la izquierda y la derecha”. Si observamos de cerca lo que hay detrás de cada uno de los factores vamos a poder también pensar nuestra realidad con perspectivas interesantes (y que pueden permitir también ayudar por la vía de la conciencia a la producción de una evolución necesaria en nuestra mentalidad).
Una de las facetas es la que vemos en el fútbol es la más abundante y tradicional: el factor ventajita, el objetivo de ganar de cualquier modo –lo que incluye también a algunos para los que ganar mal es aun mejor que ganar bien: moral de presos, el que labura es un gil, el que hace las cosas bien es un estúpido-).
La otra faceta: para ganar bien hay que merecerlo, ganar de manera noble es ser el mejor, no parecerlo. O aun mejor: la victoria no habla de quien es cada uno (en esencia) sino de lo que pasó (del momento, la experiencia, la realidad). Pero en todo caso, si no hay satisfacción de la percepción propia del merecimiento en la victoria ésta no sabe bien. Para esto hay que ser de otra forma.
Relax... es lindo que gane el equipo del pais de uno. Y encima jugando bien, sin "la mano de Dios" ni bidones envenenados. No tiene nada de malo. El exitismo argentino es insoportable igual. Es cierto...
ReplyDeleteLos Pumas estan jugando a un nivel muy alto y no es de casualidad. Le estan metiendo mucho trabajo y cerebro.
Saludos
Totalmente de acuerdo con Víctor.
ReplyDeleteEl existismo no es exclusivo de los argentinos, los españoles descubrieron la Fórmula 1 con Fernando Alonso y ahora son todos mecánicos.
El problema es que créersela tiene desagradables consecuencias como los franceses han aprendido...
YO (el enmascarado)