Oct 29, 2007

La Ley (II)



Primera parte

De mis encuentros con “la ley” (o “la cana”, o “la canadá” en tucumano), recuerdo en particular las madrugadas en las que cargaba equipos de sonido en la camioneta de mi viejo. En mis años mozos participé en una banda de rock con unos amigos. Sí, lindo y glamoroso mientras duraba el “show”, lástima que luego llegaba la temible hora de doblar los cables y meter el equipo en la chata.
A veces nos tocaba algún pub en el centro, otras veces en las ciudades del interior, otras en una fiesta de barrio. Sin importar el lugar, la clave era siempre poner la camioneta lo más cerca posible del escenario, para aliviar así la posterior tarea de estos músicos devenidos en peones luego del show. Esto implicaba parar en zonas prohibidas, estacionar en doble fila, meterse en contramano, etc. Al principio, ante el temor que me pare la policía, cumplía a rajatablas con las normas. Este apego a las leyes de tránsito se disipó luego de cargar el Peavey woofer tres noches seguidas.

Cuando se me acercó el policía de tránsito esa noche, le expliqué la situación, y el buen hombre atendió mi pedido:

- "Está bien, pero metele que sino te vuá tené que multá nomá"

Después de esta exitosa operación, chau normas de tránsito. Nunca más cumplí una. Si el espacio entre los marcos de la puerta del baño del club lo permitía, hasta ahí era capaz de meterme con la camioneta. Con el tiempo, como es de esperar, me tocaron los otros cuidadores del orden... los más estrictos. Pero hasta eso ya habíamos aprendido las mañas, y cuando los ruegos no arrojaban los resultados deseados, el “tome oficial para la coca” no fallaba. En años nos salvamos de decenas de multas, algunas por la “buena voluntad” del servidor, otras por la “generosidad” de los infractores.

Fast forward a Los Angeles un par de años más tarde. Estaba yo esperando a mi esposa que se había metido en una tienda. Me paro al frente del boliche, y veo que hay un cartel que dice “No Stopping Any Time”. Es mientras estaba pensando “dos segundos no le va a hacer nada”, cuando veo un tipo que me hace juego de luces desde atrás. Es el oficial de tránsito. Le explico que mi mujer estaba en la tienda y que literalmente estuve parado dos segundos allí. Me sonríe amablemente mientras me extiende la multa. Me quiero morir. “Dos segundos”, le digo nuevamente. “I’m sorry. You cannot stop here. Not even one second”. Acá es donde el piloto automático pone la segunda (la mano en la billetera). Menos mal que la saqué a tiempo, iba preso si seguía el reflejo natural. Cuando llegó mi esposa le conté lo sucedido. Yo estaba in-dig-nado. “Dos segundos” –seguía repitiendo. Mi esposa me miró con la misma amabilidad del oficial: -“Tendrías que haber dado una vuelta. No podés parar aquí. Ni siquiera un segundo. Estás obstruyendo el tránsito”.

Setenta dólares y chirola me costó la lección de tránsito. Y la aprendí bien aprendida.

El punto es que la ley puede ser linda, pulsuda, jugosa, red hot chilly pepper. Puede estar inspirada en las más nobles intenciones, y puede ser redactada por los más hábiles y versados juristas. Pero si no se aplica, o se aplica mal, o es fácilmente eludible… para que gastarnos?

Los remises fueron el gran tema en los 90s. Los taxis y las obleas lo fueron el año pasado. El tanque de gas es la moda de hoy. Y está bien, lo que pasó el lunes podría haber sido una tragedia. Pero me parece que hay temas pendientes y más fundamentales, antes de sentarnos a escribir regulaciones que nadie va a cumplir. Arreglar el “tome oficial para la coca”, por ejemplo, sería un primer paso.

8 comments:

  1. Hola, quisiera que sepan que los elegí como uno de mis "Blogger del Día".
    Espero que sigan así, opinando y haciéndose notar.
    Cualquier duda, en mi blog está la explicación del premio.
    Saludos

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  2. Opinadores, son parte del selecto grupo de mis "Blogger del Día". Sigan cosechando laudos, quizás algún día se transformen en dinero!
    Saludos.

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  3. Dando vueltas por el mundo tuve un atisbo de lo que sería el defecto legal en la argentina.

    En el resto del mundo, hay leyes flexibles, de aplicación rígida.

    En argentina, hay leyes rígidas, de aplicación flexible.

    Buenas noches!

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  4. Es increíble. Tanto te quejas de la Argentina Y los argentinos y vos sos un corrupto de cuarta! Tanto despotricás contra Cristina (a quien no me banco) y el presidente (idem) y resulta que coimeás tipos y nunca cumpliste una norma de tránsito... Que doble discurso...
    Por lo menos espero que te des cuenta de que sos parte del problema, no de la solución, y que sus un eximio representante de la mayoría de este país, contra la que tanto despotricás.
    Son cosas que se aprenden desde la cuna. A mi nunca se me hubiera ocurrido tirarle unos mangos al oficial...
    Lamentable.

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  5. Hola Ramiro8:

    Tanto me quejo? No creo quejarme en mis posts. Buscá otra palabra.

    Es correcta parte de tu apreciación, pero errás en el tiempo verbal usado. “Fui” un corrupto de cuarta (no estoy orgulloso de ello, pero no por ello voy a negar una realidad), y no es que “nunca” cumplí con una norma de tránsito. Antes del incidente referido las cumplía. Y hoy las cumplo a muerte. El propósito del post no es presentarme como un ejemplo para la sociedad, ni mucho menos como la “solución” a sus problemas. Todo lo contrario. Justamente la idea es mostrar como un ser humano común y corriente, un pelagatos de la perrada, es influenciado por el medio en el que se desenvuelve.

    Si vas a la panadería a comprar un pan flauta todas las mañanas, y ves que hay un lugar para hacer cola, y te parás allí para esperar tu turno, pero mientras tanto el empleado del mostrador atiende a cuatro personas que llegaron después que vos, lo lógico es acercarte al empleado el día siguiente y evitar la cola. Vos sos el que hace cola todas las mañanas y sale con el pan frío y veinte minutos de retraso cada mañana. Y te felicito por tu actitud. Pero el punto al que voy con este post es ciertamente más mundano y simple: El día que haya incentivos para hacer la cola (el que está fuera de la cola no es atendido), vamos a ser todos más honestos y virtuosos como vos, y vamos a vivir en una sociedad más ordenada. Ahí quizás estaremos en condiciones de sacar esa parte del himno que reza hoy “el que no afana es un gil”… o era un tango?

    Afectuosamente,

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  6. Doble Doble V, muchas gracias, un honor.

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  7. Ok. Se entiende tu punto.

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  8. Muchas gracias por el honor, Doble Doble V

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