Ya lo decía la vez pasada. La Argentina no es un país normal. Cuestiones institucionales de base, que en países vecinos como Chile, Brasil o Uruguay se dan por sentadas y superadas, son excepcionales entre nosotros.
Lo poco que habíamos avanzado en normalizar el país hasta fines de la década del 90 fue alegremente tirado a la basura a partir del golpe a De la Rúa de fines de 2001. Fuimos testigos de una muy triste sucesión de eventos de zapa institucional, que culmina con una democracia formal en la que tenemos serias dudas sobre la legitimidad de los resultados de las próximas elecciones a presidente.
En este contexto, creo que vale la pena destacar que, salvo una catástrofe mayor, Néstor Kirchner se convertiría en el segundo presidente en terminar su mandato en tiempo y forma desde la vuelta a la democracia. Y no es un tema menor. Desde 1983, sólo un presidente, Carlos Menem, fue capaz de terminar no uno sino dos mandatos tal cual lo manda la ley.
Creo que vale la pena alegrarnos y respirar aliviados. El país necesita desesperadamente de dosis masivas de normalidad, previsibilidad, institucionalidad y aburrimiento legalista.
Espero sinceramente que empecemos a trabajar ya mismo para que el próximo presidente, gane quien gane las elecciones, también termine su mandato en tiempo y forma. A como de lugar.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.