Qué grande. Canadá, la brújula moral del mundo. El mismo país donde es legal ir a votar con burka y algunas provincias están considerando que grupos de musulmanes se rijan por la ley de la sharia en lugar de la ley provincial.
Me encantan estas comparaciones entre EEUU y Canadá. Aparentemente los canadienses la tienen más clara que los norteamericanos.
En primer lugar, ¿en qué quedamos? ¿Deben los EEUU guiarse por principios morales o por intereses? Durante generaciones fueron duramente criticados, muchas veces con razón, por su apego a la “realpolitik”. Ahora que declaran abiertamente luchar por la difusión de la democracia y la libertad, también está mal.
Me pregunto cómo sería el mundo si EEUU hubiera seguido el mismo camino que Canadá después de la Segunda Guerra Mundial. Mucha gente seguramente sostendría que sería un lugar mucho mejor, pero yo creo que padeceríamos hambrunas crónicas y viviríamos bajo una dictadura hereditaria.
Hablar es infinitamente más fácil que hacer. Sólo se equivoca el que hace. Y el “soft power” lamentablemente only goes so far. Te quiero ver tratando de contrarrestar la amenaza de un Irán nuclear en base a autoridad moral:
Unlike the United States, Canada does not wield tremendous military or economic power, but it does have something in abundance that America has been losing of late: soft power. According to numerous surveys of world opinion, respect for the United States has dropped dramatically over the past seven years, and George W. Bush is the world's most reviled leader. But nobody hates Canada, and I doubt few people around the world, or even in Canada, really hate Prime Minister Stephen Harper.
I've been in Montreal for the past few days, attending the Middle East Studies Association annual conference and seeing the world from a Canadian perspective. Several recent news stories help illustrate important differences in the foreign policy approaches of the US and Canada.
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