Otra de las historias de horror sobre el maravilloso sistema de salud socializado de Canadá, que nunca faltan en cualquier reunión.
Un amigo quebeco nos cuenta hoy que llevó a su hijita de un año a la guardia del hospital de su zona. La enfermera de evaluación (triage, como le decimos nosotros los caqueros) le dijo que pensaba que se trataba de una pulmonía. Como tenían por lo menos cinco horas de espera, se apiadó de ellos y les dijo que podían irse a su casa y volver en cinco horas.
Imagínense el estado mental en el que estaban, perder cinco horas sabiendo que tu hijo de un año puede tener pulmonía.
Conclusión, estuvieron en la sala de espera desde el mediodía hasta las nueve de la noche para que los atiende una residente que no tiene la más pálida idea de lo que hace.
La calentura no se las saca nadie. Pero todo sea por la Dignidad.
Los sacrificios y explotaciones por los que hay que pasar para no ser explotado.
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