Mar 17, 2008
Más sobre la judeofóbia
Con respecto a "Judeofobia":
Mariana y Marcelo, Ernst Junger merece estar incluido en la lista. Aunque jamás ingresó al partido nazi (Rauschning escribió que Hitler había autorizado a Goebbels reclutar a Junger, pero que Junger consideraba a los nazis demasiado plebeyos como para él-- Herf, 107), Junger estaba demasiado implicado en el NSDAP como para criticar lo que había ayudado tan eficientemente a crear. Sí se retiró de la política después de 1933, pero su legado no puede ser sólo "La Emboscadura" o "Juegos Africanos."
Vamos por partes. Junger publicó TORMENTA DE ACERO (STAHLGEWITTEN) en 1920, donde exalta las matanzas, los huracanes de fuego, la destrucción de casas, las explosiones, y lo ligó todo al ideal de la nobleza del guerrero. La seguridad de la burguesía se destroza en la guerra y para Junger eso era indudablemente positivo (Herf).
En 1922 publica LA BATALLA COMO EXPERIENCIA INTERNA (DER KAMPF ALS INNERES ERLEBNIS), de donde sale esta perlita: "La guerra es el padre de todas las cosas... y nuestro padre también." (Herf)
En 1926 publica FUEGO Y SANGRE (FEUER UND BLUT) donde la máquina y el hombre se reconcilian en una relación simbiótica, casi erótica, y la sangre de los soldados corre por los ejes de las armas, haciéndolas funcionar (Herf)
Así, Junger se acerca a lo que serán sus trabajos más importantes.
En 1930 publica el ensayo "Movilización total" ("Die totale Mobilmachung") donde, entre otras cosas, la paz sólo significa preparaciones absolutas para la próxima guerra. Este ensayo es un borrador de la tesis de su próximo volumen (Wolin).
En 1932 publica EL TRABAJADOR (DER ARBEITER): sólo un estado totalitario es el apropiado para enfrentar la era de guerra total. El trabajador es un soldado del estado y debe estar al 100% de disposición activa para los fines que el estado decida (Wolin).
Schmitt (a quien le escribí mal el apellido en el primer comentario) concuerda con Junger en casi todo, principalmente en que Alemania necesita un "Estado total" para triunfar en el mundo y en las próximas guerras. Ni Schmitt mi Junger tenían dudas de que Alemania estaría envuelta en guerras y no todas iban a ser, ni debían ser, defensivas. Ambos pensadores, uno nazi activo, el otro "simpatizante influyente" concordaban en demasiados puntos.
No incluí a Junger en la lista de judeófobos como Goebbels o Hitler porque no merece estar en esa lista. Pero sus compinches son los que lo acompañan en mi comentario original: la extrema derecha revolucionaria alemana que despreciaba la democracia y al mundo occidental. Incluso después de la guerra Junger se las arregló para continuar criticando, menos explosivamente que antes, al "americanismo" que él consideraba rebajado, cosmopolita, demasiado amante del dinero. No hay que ser un genio para saber que cosmopolitanismo y avaricia fueron, y son, dos de los pecados que judeófobos le atribuyen a los judíos más que a nadie. También después de la guerra, Junger acusó a Occidente de ser el proveedor de un nihilismo tecnológico globalizado (Rabinach).
Si vamos a creer que Junger no era anti-judío, tenemos que creer que por 13 años Alemania fue secuestrada por una camarilla de gorilas racistas, no más de cinco mil, y que 80 millones se dejaron embaucar en la farsa. Como cuentan los soldados estadounidenses que sirvieron en Europa, cada vez que llegaban a un pueblo austriaco o alemán los locales salían con el cuento de que "Aquí estamos sólo los anti-nazis. Nosotros no sabíamos. Jamás participamos."
Junger no escribió tratados judeófobos como otros intelectuales alemanes. No fue miembro del NSDAP como Heidegger. Pero sus trabajos sirvieron a un régimen criminal y virulentamente anti-judío. Si él alguna vez sintió que estaban tergiversando sus obras o aprovechándolas para sus propios fines racistas (con los que él no estaría de acuerdo) pudo haber protestado. Claro, estaba el ejemplo de Edgar Jung, que alegó en 1932 que habían sido los revolucionarios conservadores los que habían creado las presuposiciones espirituales de la "revolución alemana" (eufemismo para denominar al movimiento nazi); en la Noche de los Cuchillos Largos los nazis asesinaron a Jung. Pero Junger pudo haber salido de Alemania para protestar, como lo hizo Karl Popper. Pero, por supuesto, ambos hombres no merecen comparación. Popper defendió la democracia y el libre intercambio de ideas toda su vida. Junger, bueno, Junger escribió mucho, pero lo que he listado es representativo. Los judeófobos no consiguieron destruir medio planeta porque se aliaron sólo con judeófobos; recibieron mucha ayuda de gente que debió actuar diferentemente y no lo hizo, gente que, sin odiar a los judíos, colaboró inmensamente con sus enemigos más cobardes e implacables. Si Junger no era un judeófobo, tuvo una extraña manera de demostrarlo.
Obras citadas:
Herf, Jeffrey. REACTI0NARY MODERNISM (MODERNISMO REACCIONARIO) Cambridge University Press, Cambridge, 1984.
Rabinbach, Anson. IN THE SHADOW OF CATASTROPHE (EN LA SOMBRA DE LA CATASTROFE) University of California Press, Berkeley, 1997.
Wolin, Richard THE POLITICS OF BEING: THE POLITICAL THOUGHT OF MARTIN HEIDEGGER (LA POLITICA DEL SER: EL PENSAMIENTO POLITICO DE MARTIN HEIDEGGER) Columbia University Press, New York, 1990.
Mencionada solamente:
Raushning, Hermann. HITLER SPEAKS. London, 1939.
Sergio
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Muy erudito, Sergio, gracias. La única referencia que yo tenía sobre Junger era un artículo bastante favorable, escrito por Pablo Capanna si mal no recuerdo, en una vieja revista El Péndulo.
ReplyDeleteDe ese artículo recuerdo una referencia a Junger durante la ocupación de París, avergonzándose de usar el uniforme nazi luego de ver chicos judíos con la estrella amarilla en la ropa.
Pero tambien recuerdo una referencia a que, aún siendo opositor, por orden directa de Hitler el tipo se salvó de que lo maten luego del fallido atentado en el '44. Así que debió tener una influencia grande en la construcción de la ideología, al menos como la de un Rosenberg u otros teóricos del nazismo.
Yo siempre lo digo, Sergio es muy eructito.
ReplyDeleteNazi, lo que se dice una forma de ser nazi, en Alemania siguen siendolo a full, se sacaron el uniforme porque quedaba feo. Igual que los ponjas.
ReplyDeleteSon autoritarios, estan convencidos de que hay una forma correcta de hacer las cosas y generalmente es la suya. Eso no se arranca con un cambio de ropa. La cosa es si es tan malo estar convencido de que vos haces las cosas de la amnera correcta, pero bue, esas son aguas mas turbias.
Pero yo igual sostengo que la actual postura pseudohippie ques e respira en Alemania en muchas partes de "nosotros amamos a todo el mundo, no lastimariamos ni a una mosca" es hipocrita, es una defensa interna contra la visión mundial de que son los malos de la película. Renegaron y desaparecieron toda su tradición, y eso para mie s falso hasta los tuetanos, y crea una juventud bastante alienada. japon para mi es igual en ese fenómeno.
Ah, by the way, va una teoría: existe una correlación altisima entre la ingeniería de precisión y el autoritarismo, y me remito a Alemania y a Japon como pruebas.
Ah, el del autoritarismo mecanico fue mio, se me pasó de poner el nombre
ReplyDeleteEn desacuerdo con el análisis de la Alemania actual de anónimo. Total desacuerdo.
ReplyDeleteLo de Sergio, un lujo. Como siempre.
Ramiro, ya que estas en total desacuerdo podrías explicar por qué, siempre es util.
ReplyDeleteTambién estoy en desacuerdo con anónimo.
ReplyDeleteQue sean puntuales y fanáticos para ciertas cosas, no implica que sean nazis.
Los orígenes compartidos de la extrema derecha e izquierda europea siempre me han interesado. Hay un libro de Lucien Goldmann que compara las carreras intelectuales de Heidegger (derecha) y Lukacs (izquierda). Lo voy a comprar cuando baje de precio en Amazon.
ReplyDeleteSergio