Mar 11, 2008

Porque no le tengo miedo a Obama


La política es el arte de transar. Un comentarista el otro día nos preguntaba sobre el porque de nuestra simpatía por los republicanos, cuando claramente algunos de nuestros posts va en una dirección diferente.

La respuesta personal: transo. Siempre hay que transar. Así es la vida.

En Estados Unidos los demócratas y los republicanos representan el establishment, y aunque en teoría aparecen como los motores de propuestas muy diferentes, la verdad es que estas ideas raramente se plasman en la realidad. Los demócratas y los republicanos la mayoría de las veces caminan por la misma zona gris en la que está inmersa la sociedad norteamericana. A diferencia del europeo, el electorado norteamericano es bastante conservador, el péndulo no oscila demasiado y en su mayoría la gente mira con suma desconfianza la intervención del estado. En parte, viene en los genes de un sistema político que nació de una revolución en contra del estado que le metió la mano en el bolsillo, y además, a este país no le ha ido tan mal con el sistema capitalista.

La fiebre Obama hoy no es novedosa. Han existido mil políticos que hablan lindo, prometen cambios (oh cambio, palabra poética), justicia social, pan para los desposeídos, hambre para los ricos, Dignidad para todos. Suena lindo. Y a la gente le gusta. Pero ojo. Esto no es Europa. Obama sube los impuestos, la economía sufre un tropezón, Joe siente que no puede comprar la misma cantidad de Buds que el año pasado, y Obama es historia en cuatro años. Si no, preguntenle a Jimmy Carter. Obama no va a querer irse, del mismo modo que los Clintons no se querían ir en el 96. Los Clintons son esos demócratas que llegaron con la misma verborragia Obamesca (y algo del idealismo, que se plasmó en la propuesta de un plan de salud socialista que casi le cuesta la carrera política a Hillary). Pero aprendieron que en este país tenés que asegurarte que Joe no esté enojado y tenga la misma cantidad de Buds en la heladera que tenía ayer. Y el mensaje populista de Bill fue reemplazado por: "the end of the era of big government".

Cruzamos al otro bando: el otro día lo escuché a Bush en vivo y en directo después de mucho tiempo y recordé claramente porqué me gustaba tanto el tipo. Estaba hablando del tratado de libre comercio con Colombia que está impulsando en el Congreso. Decía lo importante que es que Estados Unidos en este momento esté al lado de Colombia, de lo bien que le haría a la sociedad colombiana un tratado de esta naturaleza. Ese es el Bush que siempre me gustó. Lo escuchaba y sentía que el "presidente Bush" le había prestado el micrófono un rato al "hombre Bush" cuando hablaba desde sus convicciones. Ese es el Bush que me gustaba tanto (en lo económico, en otras áreas estoy en desacuerdo 100% con el Bush convicción). Pero Bush, al igual que Clinton antes que él, al poco tiempo de llegar al poder tuvo que hacer lo que "tiene que hacer" un político en su posición que quiere evitar un período de 4 años. Karl Rove le pidió a Bush el hombre de convicciones que se vaya a pasear un rato al rosedal de la Casa Blanca mientras Bush el presidente firmaba decretos para proteger a la industria del acero para no perder aliados claves en Pennsylvania y West Virginia.

Así, la historia norteamericana ofrece muchos ejemplos de candidatos de un partido que gobernaron y dejaron una herencia muy diferente a la que uno podría a juzgar por el rótulo que portaban: Kennedy, demócrata en los papeles, fue el responsable del mayor recorte de impuestos en la historia hasta que apareció Reagan; Nixon, republicano en los papeles, vio crecer el estado en forma alarmante durante su presidencia, durante su presidencia Estados Unidos abandonó el sistema del patrón oro, abriendo el camino a manipulaciones políticas que pueden llevar mil adjetivos menos uno: conservador; Clinton, el primer presidente negro, es el mismo que firmó el "Welfare Reform"; Bush, el republicano enemigo del estado es el responsable de esa atrocidad que se conoce bajo el nombre de "No Child Left Behind".

Pero no todos los políticos pertenecen a esta raza de camaleones. De vez en cuando aparecen animales políticos tenebrosos. Tipos que no transan facilmente, tipos que son pura convicción. A ellos hay que temerles. Ronald Reagan fue la pesadilla para un muchacho del Sierra Club. F.D.R. lo fue para mí. Y sencillamente Obama no me provoca temor alguno. Obama ain't F.D.R.

Ayer vi un documental fantástico sobre la vida del político que encarna las ideas exactamente opuestas a las mías: Ralph Nader, el Gran Candidato del Partido Verde. Good ol' Ralph. El documental comienza con la siguiente cita a Bernard Shaw:

The reasonable man adapts himself to the world. The unreasonable man adapts the world to himself. Therefore all progress lies in the unreasonable man.

Durante la película aparecen todos los admiradores de Ralph, esos personajes que pondría en una nave con destino a Marte: Bill Murray, John Lennon (el hombre) y Yoko Ono, Tim Robbins, Susan Sarandon, Michael Moore, Jimmy Carter, etc. Es una dulce ironía del destino pensar que la intervención de este hombre ha impedido la llegada al poder de un tipo al que, a diferencia de reasonable Obama, le tengo TERROR, porque me parece es de esa especie de animal político de convicción: unreasonable Al. Si Nader no habría participado en el 2000, la historia de esta década habría sido muy diferente (la diferencia de votos entre Bush y Gore en Florida, el estado que definió la elección fue 0,0092%). Sin Nader, Florida era tierra Gore.

Ahora sabemos que no fue Columbine, ni Fahrenheit ni Sicko la obra magna de Michael Moore. El legado más importante del gordo Moore: 8 años de administración Bush. Sin él, no habrían sido posible.

Ves porqué hay que transar bien?

4 comments:

  1. La gente siempre piensa que los problemas de las sociedades se deben a que los políticos son deshonestos, mentirosos y ladrones.

    No entienden que los políticos de convicciones inflexibles y que nunca mienten suelen ser mucho más peligrosos.

    Cada tanto hace falta uno de convicciones inflexibles, pero agarrate si está equivocado. Para eso son las instituciones de la república, para parar a esos tipos que tienen el potencial de destruirlo todo.

    Esperemos que Michael Moore nos dé unos 8 años más.

    ReplyDelete
  2. Y, la verdad, estoy de acuerdo, Obama es un Clinton del siglo XXI.

    Pero siempre te queda la duda.

    ReplyDelete
  3. La maldita duda, ya sé. Nunca se sabe.

    ReplyDelete
  4. Bien Ramiro en Gran Parte estoy de Acuerdo ahora creo que hoy por hoy el partido democrata es muy clintoniano hasta para los que no estan con Hillary.
    Y segundo creo que Clinton conjugo lo mejor de los dos mundos una economia bien manejada (si despues de un tiempo de aprendizaje pero que mas da) con un apoyo a las libertades civiles.

    ReplyDelete

Note: Only a member of this blog may post a comment.