Carlos Rodríguez explica que con plata para tirar para arriba cualquiera es Gardel:
Los países civilizados no se hacen con alto crecimiento, sino con crecimiento sostenido. Los países pobres por definición tienen que crecer más que los ricos porque la base es más chica. Las naciones grandes crecen a 2%-3%, pero lo hacen también socialmente y culturalmente. En cambio, la Argentina va al revés de forma meteórica. No veo como algo bueno que el país viva de la soja cara que se usa para subsidiar a la industria ineficiente. Hoy es la soja la que genera recaudación, pero mañana puede ser la industria automotriz o la textil, y creo que la ideología del gobierno va a llevarlo a sacar rentas a cualquier sector que las tenga. El gobierno no tiene algo con el campo en particular, es su tipo de ideología, sacarles a los que generan para darles a los que no lo hacen, siempre y cuando la cuenta de votos dé positiva.
No estoy de acuerdo.
ReplyDeleteLos K tienen claramente una visión industrialista, "mercado-internista".
También tienen un prejuicio contra el campo. Para ellos las funciones del campo son la de proveerle la comida a los "proletarios" urbanos y la de pagar con retenciones el desarrollo industrial que nos llevará a ser una nación industrializada. Ellos se imaginan que los países altamente industrializados de hoy llegaron a serlo mediante proteccionismo. Y aunque no hayan llegado así, la forma rápida de alcanzarlos es con el modelo productivista. Te citarían a Corea del Sur.
El ideal de argentino para ellos, después de los abogados y los políticos, es el tornero.
Por cierto ven al paro del campo como un intento golpista, porque implica un ataque directo al "modelo de desarrollo" y un supuesto intento de que una proporción muy menor de la población viva en parte del interior con grandes riquezas mientras que en las ciudades las fábricas cierran y los torneros pasan a ser remiseros o empleados municipales.
No es que los K son anticampo, la mayoría de los argentinos es anticampo y por eso eligió a los K.
Además, como la mayoría de la gente, no comprenden qué es la inflación a la que confunden sólo con su síntoma, el alza generalizada de los precios. Y, como la mayoría de la gente, cree que siempre hay un complot detrás de lo que perjudica a las mayorías, por lo que la suba de precios es producto de un complot de comerciantes inescrupulosos.