May 22, 2008

Mercantilismo forever

Muchos adoran a Prebisch del lado de los Caínes también. Lo que nos salvó fue un gobierno militar más inteligente que el promedio de la zona y unos civiles ilustrados que no le tuvieron miedo a trabajar con los prusianos con tal de poner sus ideas en práctica. Y el tamaño. El tamaño hace mucho. Argentina, que tiene casi 40 millones de habitantes y en donde por los menos 38 millones están seguros de ser el centro del universo, se rehúsa a renunciar a su actitud de "grande." Lo que dijo hace poco un ministro brasilero ("Brasil no puede renunciar a su grandeza") es perfectamente aplicable a Argentina y a la gran mayoría de los argentinos. Y es aún más falso.

Los Caínes, aunque quisiéramos, no podríamos ser así: 16 millones, forma de tripa, y más pequeños que todos nuestros vecinos. Tuvimos suerte en que realistas estuvieron a cargo del barco nacional por un buen tiempo y la población entendió que fabricando nuestros autos y nuestros televisores sólo teníamos el espejismo de la industrialización, ya que esos productos no podían competir en el extranjero y eran demasiado caros para el cautivo consumidor local.

Países como México y Brasil se pueden dar el lujo de afirmar sus industrias en el mercado local enorme que tienen, protegiéndolas con aranceles. Es ineficiente a la larga y la realidad tarda más, pero llega igual. Chile, con una pequeña dosis de realidad, no pudo ni puede darse esos lujos. Argentina es mucho más pequeña que Brasil y México y más ineficiente que ambos. La dosis de realidad que necesita es mayor que la de Chile, pero con algo de suerte la recibirá pronto.

Sergio

1 comment:

  1. Es como decís, ¿Cómo van a fabricar autos los brasileños y nosotros no? Es inadmisible.

    Brasil da una imagen de prosperidad con su industria automotriz, pero la pagan las decenas de millones de pobres de ese país que no pueden tener un auto y la enorme cantidad de recursos que podrían destinarse a actividades más productivas.

    Todavía me río de los monitores Samsung de Manaos y los televisores de CRT de Tierra del Fuego.

    Lo más interesante, como puse antes, es que ya nadie te vende la industria como naciente y que con una cantidad de años de protección va a ser competitiva y no la necesitará.

    Ahora el argumento sólo pasa por exportación con "valor agregado" y "fuentes de trabajo de alta calidad".

    La competitividad fue archivada, ya ni importa. Mercados cerrados para siempre.

    Long live Prebisch!

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