Jul 19, 2008

El cleptomontonerismo y sus apologistas continúan en un estado de shock absoluto. El desconcierto es total. Los tipos honestamente no entienden cómo puede ser posible que esto les esté pasando nada menos que a ellos, los buenos de la película.

Hoy leía a un personaje que solía entrar al blog a decirnos que le dábamos asco y que el del Néstor era el mejor gobierno de la historia. Este pajarito sigue hablando de izquierda y derecha en términos de buenos y malos y sostiene que “la derecha” se regocija de la derrota del gobierno.

¿Qué derecha? ¿La dirigencia del campo? ¿Cobos? ¿Los senadores que votaron por el no? ¿Sabrá la progresía local que en la Argentina el 98% del espectro político juega campeonato para ver quién es más populista, clientelista, estatista y dirigista?

Piden a gritos la renuncia de Cobos. Como si se tratara de un funcionario designado por el presidente en lugar de un cargo electivo.

Me preocupa la actitud de esta gente. Noto que están cada vez más solos y que están cayendo en un mesianismo muy peligroso. Como ellos no pueden estar equivocados porque representan los sagrados intereses de la República, todo el que se les opone necesariamente debe estar en contra del país.

Me preocupa que ante el naufragio decidan tratar de arrastrar a todo el país al abismo.

5 comments:

  1. Si te referías a ese tal Rob Rufino, escribía bobadas en lanacion.com. Siempre en contra de la mayoría de los lectores, para llamar la atención.

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  2. Los hay miles, Darío. Son legión. Ha ellos se les debe el éxito argento de las últimas siete décadas.

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  3. "¿Qué derecha? ¿La dirigencia del campo? ¿Cobos? ¿Los senadores que votaron por el no? ¿Sabrá la progresía local que en la Argentina el 98% del espectro político juega campeonato para ver quién es más populista, clientelista, estatista y dirigista?"

    Tan tan cierto.

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  4. Ojo, recordemos que Alfonsín también entró en la paranoia, le echaba la culpa de todo a los desestabilizadores, "a esos egoístas que se dicen liberales pero no son más que fascistas", puso el estado de sitio y encarceló periodistas inofensivos y no había un solo programa opositor en la TV (salvo Bernie).

    No son tan diferentes las cosas.

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  5. Alfonsín, otro tumor del cáncer argentino.

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