Ya hemos recorrido en otra oportunidad algunas de las opiniones de Pablo Sirvén, que es casi una encarnación de la visión Pravda (La Nación) del país y el mundo. Una visión elitista berreta y contradictoria, que desprecia la libertad y los gustos ajenos.
Tiene él una versión de lo que debería ser "la cultura" y se desgañita en diatribas en contra las preferencias de la gente (reflejadas en el mercado) y contra cualquier intervención en "la cultura" de los políticos que no sea de su preferencia. ¡Ay, si "la cultura" estuviese es manos de gente sensible como Pablito!
Ahora lleva sus opiniones a un terreno que ya causa gracia:
En las dos épocas en que reinó Romay (1963-74 y 1984-97), interrumpidas por la honda involución estatista, el "Zar" apostó siempre a mucha producción propia con programas de entretenimientos, y elencos grandes y multiestelares que lo llevaron durante bastante tiempo al puesto N° 1 de la audiencia. Ahora, el contraste es absoluto: lo actoral viene envasado desde el Caribe, directo y sin escalas, hasta el Río de la Plata...
Menem lo hizo (gracias al leonino tratado de reciprocidad de inversiones entre Estados Unidos y la Argentina, que sólo parece favorecer unilateralmente los negocios de aquel país en el nuestro, puesto en marcha durante su gestión)...
En la actual pantalla del 9, las caras locales sólo aparecen con cuentagotas, en los noticieros, en los tres programas de banalidades del espectáculo y sus suburbios más bizarros ( Los profesionales de siempre, Bendita TV e Impacto Chiche , que suele brindar un menú un poco más amplio), un par de envíos de temática rural (producidos por Raúl Moneta, quien en su momento supo tener acciones de la emisora) y Tendencia (el magazine sabatino que conduce Catherine Fulop y que produce Viviana Zocco, esposa del anterior dueño de casa).
Resulta ahora que a Pablito le desagrada tanto la importación de programas de producción extranjera que es capaz de defender hasta la grasada de el canal 9 de Romay.
Vemos qué es lo que más les tira, se hacen los finos pero lo que realmente les importa es el "nazionalismo" cultural y económico. ¡Qué lindo cuando prohibían la música extranjera en las radios!
Así se puede ver que los valores que a diario vituperamos no son patrimonio del peronismo, sino que están vivos, muy vivos, en los vecinos sensibles de Barrio Norte.
Interesante que esta gente nunca reclame que se abran las frecuencias para que hayan más canales de TV en Buenos Aires, un tema por completo vedado en todos los medios argentinos. ¿Por qué será?
Pero por supuesto, por culpa de Menem la tele, que antes era estatal, nacional, popular y progresista, se volvió privada y de mal gusto. Y, al mismo tiempo, también por culpa de Menem, desapareció la producción privada de mal gusto pero hecha en ARGENTINA por ARGENTINOS.
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