Rosenwasser, desde Santiago del Estero, el paraíso productivista:
La gente ha vuelto a quejarse de los sueldos. Igual que con Alfonsín. Todo el mundo dice que la plata no alcanza para nada. Hasta hace poco muchos seguían deslumbrados por la ilusión inflacionaria de los aumentos. Un tipo ganaba 600 y de golpe le duplicaban el sueldo. Qué bárbaro, 1200 pesos.
Me cuenta la Catita Argibay que al marido le aumentaron el sueldo a 1000 pesos en el gobierno de la provincia. Claro, al principio saltaba en una pata. Después se dio cuenta de que no le alcanza para nada. Por ejemplo, con el aumento del mes pasado, el alquiler del departamento se les fue a 900 pesos y no saben si es el último. Y así con todos los precios.
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