Ni arte ni parte

Esta mañana escuchaba en el noticiero las declaraciones de anoche en un programa de televisión de Janette Bertrand, una periodista y escritora muy famosa y respetada de Québec, una especie de Magdalena Ruiz Guiñazú local. Esta señora adhiere a la idea de que si Québec quiere mantener su idioma, su cultura, su arte, sus películas, su teatro y demás, debe convertirse en un país.

Yo lo llamo el síndrome de la pelota propia. En quinto grado, al Tarta Sayago los abuelos le regalaron por el cumpleaños una pelota número 5 con los colores de Boca. La envidia del barrio. De tanto en tanto la llevaba a la escuela para jugar durante los recreos. Pero, todos sabíamos que la diversión se terminaba en cualquier momento. En cuanto pasaba algo que no le gustaba, el Tarta nos amenazaba con llevarse la bendita pelota: "Se, se, se, si no me hacen valer el gol, me, me, me, me llevo la pelota y listo". Chantaje, que le dicen.

Mucha gente en la provincia está convencida, por ignorancia legítima o voluntaria, de que el distrito es aportante neto al sistema, que envía más fondos a Ottawa que los que recibe del gobierno federal. Cualquiera que se tome el trabajo de revisar los números de las transferencias sabe que no es verdad. Québec es receptor neto. La provincia recibe del gobierno federal más de lo que aporta en impuestos.

Y es lógico que sea así. Québec es más pobre (o menos rica) que el promedio nacional. Las únicas provincias más pobres son las atlánticas.

Por lo tanto, confieso que para mí sigue siendo un misterio como alguien puede pensar que si ahora, que son subsidiados por el resto del país, el “arte” de la provincia depende de las dádivas del gobierno federal, en el hipotético caso de un Québec independiente la provincia por arte de magia va a tener fondos para estas cosas.

Después de hacerse cargo de la defensa, las relaciones exteriores, las aduanas, la salud, la educación, la moneda y demás, seguramente va a sobrar plata para subsidiar a los “artistas” locales.

Se, se, se, si no me dan plata para el “arte”, me, me, me voy del país y listo.