Se cae el imperio?

Y bueno... pasó el bailout nomás. Menos mal, digo, porque si no pasaba, ibamos a terminar como Japón de los 90s. La macana es que ahora que pasó vamos a terminar como Japón de los 90s.

Dejando la comedia de lado, quería hacer una aclaración que surge a raíz de varios comentarios de uno o varios anónimos en los últimos posts. He dicho que estamos en el medio de una tormenta en este momento. Y he dicho que el cielo se va a despejar, y cuando aclare, Estados Unidos va a seguir siendo Estados Unidos. "Es una expresión de deseo" -me dicen.

Con fundamentos- es mi respuesta.

Este país no ha llegado a ser lo que es por fortuna. Son muchos los factores que han hecho de este país la nación más grandiosa de la historia de la humanidad. Y sí, es en el barrio, en la calle, en la gente, donde se palpa el futuro de un país.

Si o no al bailout, Obama o McCain son el tema de discusión del día. Pero este país va más allá de estas instantáneas. Un hombre no va a arruinar a este país en el que las instituciones son mucho más importantes que un líder circunstancial (memo a medio oriente: un Obama presidente no es razón para festejar), una crisis económica es un dato histórico, lo importante es quienes son los que deben enfrentar el desafío.

Hago mías las palabras de Paul Johnson para la ocasión:

The story of America is essentially one of difficulties being overcome by intelligence and skill, by faiths and strength of purpose, by courage and persistence. America today, with its [300] million people, its splendid cities, its vast wealth, and its unrivaled power, is a human achievement without parallel. That achievement -the transformation of a mostly uninhabited wilderness into the supreme national artifact of history- did not come about without heroic sacrifice and great sufferings stoically endured, many costly failures, huge disappointments, defeats and tragedies. There have indeed been many setbacks in 400 years of American history...

...many unresolved problems, some of daunting size, remain. But the Americans are, above all, a problem-solving people. They do not believe that anything in this world is beyond human capacity to soar to and dominate. They will not give up. Full of essential goodwill to each other and to all, confident in their inherited decency and their democratic skills, they will attack again and again the ills in their society, until they are overcome or at last substantially redressed. So the ship of state sails on, and mankind still continues to watch its progress, with wonder and amazement and sometimes apprehension, as it moves into the unknown waters of the 21st century and the third millennium. The great American republican experiment is still the cynosure of the world's eyes. It is still the first, best hope for the human race. Looking back on its past, and forward to its future, the auguries are that it will not disappoint an expectant humanity.