El Opinador Compulsivo

Gracias a un comentario de Juan Manuel llego a una columna de Mario Vargas Llosa sobre la situación en Gaza.

Por un maravilloso ejercicio de reversión de culpa, Don Mario nos explica que los responsables de la horrorosa situación en Palestina no son ni los muchachos de Hamas ni Fatah, ni de la Autoridad Nacional Palestina, sino los israelíes. Porque, claro, los israelíes controlan los pases fronterizos, el espacio aéreo y marítimo alrededor de la zona. Aparentemente para VG el hecho de que Israel se ve obligado a tomar esas medidas ante los incesantes ataques terroristas de todo tipo es sólo un pie de página sin importancia.

El autor adhiere a la tesis de que a Israel, a diferencia de los palestinos, sirios, iraníes, somalíes, congoleses, sudaneses y esrilanqueses, sí se le pueden exigir conductas morales y civilizadas. Porque Israel, después de todo, es una república parlamentaria y el rol histórico tradicional de los judíos ha sido siempre el de relleno de fosas comunes. No es el caso de empezar a renegar de costumbres milenarias justo ahora.

Me da mucha bronca porque Vargas Llosa no es un taradito más. Cuando quiere, es capaz de análisis muy interesantes y, sobre todo, acertados. Tal vez en algún momento se dé cuenta de que ha caído en el triste papel de idiota útil (por no decir boludo alegre) y cambie su postura, como ya le pasó hace unos años con la invasión a Irak, después de una visita a Bagdad.