Insisto con lo que vengo diciendo sobre The Economist. Hasta no hace muchos años la consideraba una de las publicaciones más serias en el área, la recibí durante varios años en Argentina.
Pero, hace tres o cuatro años se sumó a las generales de la ley. Hizo suyos un gran número de los lugares comunes del progresismo y la corrección política y se convirtió en una especie de Newsweek editada en Londres. Una pena.
Los expertos económicos de The Economist eran los que se entusiasmaban como el que más con la Argentina kirchnerista. Sin ir más lejos, en enero de 2007 el corresponsal en Buenos Aires nos contaba que Kirchner podía ser un poco excéntrico y haberse peleado con medio mundo dentro y fuera del país, pero en realidad en Argentina estaba todo pipí cucú.
Es bueno ver que les llevó casi 6 años pero finalmente se están dando cuenta. Todos esos diplomas de Oxford, Cambridge y la London School of Economics sirven para algo más que para apantallarse las tarlipes después de 6 horas cabalgando detrás de un zorro.
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