Insisto, el corporativismo prebendario es un camino a ningún lado:
El empresariado que pide reservas de mercado, créditos subsidiados y demás medidas intervencionistas debería evaluar estas políticas como si fueran un proyecto de inversión y ver cuán rentables son. Puesto en otros términos, no les pido que piensen en qué le conviene más al país, sino en qué les conviene más a ellos. ¿El modelo de competencia o el modelo de intervencionismo estatal?
Mientras tanto, en Chapadmalal, este fin de semana, hubo un congreso de cartoneros...juro que no es joda.
ReplyDeleteLos sindicalistas ponen el grito en el cielo, movilizan gente, muestran poder de choque, ante una posible reducción de los salarios nominales. Pero simultáneamente bregan por devaluaciones que reducirán la capacidad de compra de los trabajadores. Esto se pudo ver con claridad en el 2001. Los sindicalistas deben justificar su razón de ser: en esto les va la vida. No pueden aceptar una baja de los salarios nominales porque quedarían desautorizados ante los trabajadores. Pero saben que finalmente el desempleo los acorralará porque, con un incremento de la desocupación, más y más trabajadores estarán dispuestos a emplearse en negro a salarios inferiores de los convenidos entre el gremio y los empleadores. Entonces abogan por una devaluación que finalmente reducirá el salario real debido a la inflación que aquella provocará. A los trabajadores no se les ocurrirá culpar a los sindicalistas por haber promovido la inflación. Y a su vez esta les servirá a los sindicalistas para justificar su razón de ser ante los trabajadores cuando muestren su actitud combativa para solicitar aumentos salariales debido a la inflación.
ReplyDeleteMuy bien dicho Oscar. Es una lástima que ése proceder descanse sobre la presunción -acertada- que los trabajadores son demasiado ignorantes para darse cuenta del mismo.
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