No se pierdan a Mark Steyn sobre los primeros 100 días de Obama:
Margaret Thatcher was a great leader, who reversed her country's decline – to the point where, two decades later, the electorate felt it was safe to vote the Labour Party back into office. And yet, in the greater scheme of things, the Thatcher interlude seems just that: a temporary respite from a remorseless descent into the abyss. In its boundless ambition, the Left understands that the character of a people can be transformed: British, Canadian and European elections are now about which party can deliver "better services," as if the nation is a hotel, and the government could use some spritelier bellhops. Socialized health care in particular changes the nature of the relationship between citizen and state into something closer to junkie and pusher.
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Margaret Thatcher has a terrific line: "The facts of life are conservative." Just so. Alas, while the facts are conservative, everything else – the culture, the media, the institutions in which we educate our children, the language of public discourse, the societal air we breathe – is profoundly liberal.
Por eso creo que la elección de Obama representa un hito negativo para el mundo: es el primer presidente de en Estados Unidos netamente izquierdista, apoyado incondicionalmente por los medios y el establishment cultural zurdoso, ayudado por una crisis en que la opinión convencional cree en la efectividad del arsenal keynesiano -que servirá de excusa para estatizar masivamente- que nada pudo hacer en Japón durante la década del 90.
ReplyDeleteA la vez, el presumible fracaso de esa política económica hará decir a los Krugman y otros, que se debe a la insuficiencia del gasto y la escasa audacia de la política monetaria.
Los Estados Unidos van en camino a convertirse en una sociedad más parecida a la esclerótica Europa (más gastos, más impuestos, más regulaciones), en lo económico, y apoyando -o dando alas- a sus enemigos, en materia de política internacional.