May 15, 2009
Ustedes me disculparán si yo sigo dale que te dale con temitas locales, pero me sube la presión cada vez que leo estas cosas y si no me desahogo acá me internan en la versión local del Borda.
Los increíbles extremos de la corrección política, ejemplo uno.
A partir de la crisis financiera, no me canso de leer y escuchar por ahí que los comedores populares y los albergues para gente sin hogar de EEUU se están quedando sin comida para repartir.
Entra en escena el gobierno federal nacional y popular de Obama y su esposa Michelle ma belle sont des mots qui vont très bien ensemble con 150 millones de dólares del paquete de estímulo de 800 millones de millones para salvatajear a los comedores populares y hogares para personas de la calle.
Pero resulta que ahora, gracias a la corrección política, a los pobres de EEUU no les pueden servir cualquier comida. Faltaba más. No sólo tiene que cumplir con los sagrados preceptos del pelotudismo progre sino que además debe ser chic.
Nada de guiso de fideos, espagueti con salsa de tomates o porotos cocidos con chancho. No señor. Ahora les sirven sopa de calabaza sazonada con manteca tostada, carne de vaca asada a la barbacoa, al vino tinto sobre masa hojaldrada hecha a mano, salsa de corazones de alcaucil con albóndigas, puré de papas al ajo tostado y nabo, y de postre arándanos frescos con crema.
Ahí tienen el destino de los impuestos de los contribuyentes norteamericanos. Dejate de joder.
Los increíbles extremos de la corrección política, ejemplo dos.
En estos días se inaugura en esta zona la sucursal local de una de las empresas de biotecnología más grande del mundo. Invirtieron varios cientos de millones de dólares en instalaciones y generan cientos de puestos de trabajo profesionales, de los de calidad y salarios altos.
Estamos hablando de una de las zonas más pobres de Canadá, con uno de los niveles de ingresos más bajos de la provincia y del país.
El Primer Ministro de Québec no va a estar presente en la ceremonia porque ya anunciaron que van a ir 20 o 30 pajaritos a protestar porque la empresa en cuestión lleva a cabo pruebas clínicas con animales (principalmente ratones).
En otras palabras, Jean Charest va a la inauguración de cualquier planta pedorra de manufactura de productos primarios, que emplea a personas que no terminaron ni la secundaria, con un sueldo de 10 dólares la hora y no va a la apertura de una planta de un sector de punta, de alto valor agregado.
Qué les puedo decir, tienen razón cuando dicen que los quebecos nacieron para ser pobres (en relación con el resto de Canadá y EEUU). Les debe gustar vivir así.
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Además esa cosa hipócrita. Si te parece inmoral, no dejes que se instale.
ReplyDeleteY lo de la comida, bueno, eso ya es palabras mayores.
ReplyDeleteEllos tienen el derecho de elegir no matar animales para hacer pruebas y también pueden no comprar los medicamentos que resulten de esos experimentos, pero lo que no pueden es impedir que los demás hagan los experimentos.
ReplyDeleteRatones hijos de puta!
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