Jul 16, 2009

El Muro del Populismo

Argentinos mirando a la democracia liberal

A partir de los ´60s, ante los ojos de cualquiera que no tuviese los ojos tapados por la religión atea perversa del siglo XX, el comunismo, no se podían albergar ya dudas acerca de que la democracia capitalista era muy superior al socialismo de la Unión Soviética y sus satélites, pues éstos debieron erigir el muro de Berlín para que el "hombre nuevo" no se escapara del "paraíso socialista".

Sólo un fanatico o un idiota (o un fanático idiota) podía considerar que un régimen del que el pueblo arriesgase su vida, sus posesiones, su empleo y la suerte de sus familiares para escaparse, podría ser el futuro, pudiera representar alguna vez el progreso y la justicia.

Según informa hoy Pravda, "la tercera clave que explica el aumento patrimonial de los Kirchner son los intereses que cobraron por sus depósitos bancarios, la mayor parte de ellos colocados en plazos fijos en dólares".

Por supuesto, ninguno de estos próceres invierte su dinero en la industria automotriz, ni en la aeroespacial, ni en astilleros, ni en ferrocarriles de alta velocidad; reservan ese privilegio para quienes aportan a las cajas jubilatorias y a los tontos que no pueden evitar pagar impuestos.

Los populistas, los Kirchner entre ellos, siempre condenan con epítetos tales como especuladores, vendepatrias, traidores, representantes de oscuros intereses, oligarcas a quienes compren dólares con sus ingresos, herencias, ahorros o ganancias.

Pero sus propios ahorros nunca se hallan nominados en pesos, y rara vez se hallan en invertidos en su patria.

Seguramente esos fondos declarados por los pingüinos mayores son sólo la punta del témpano de la enorme fortuna que habrán acumulado tras décadas en posiciones encumbradas de poder, y con seguridad la porción sumergida se halla en gran proporción en cuentas y bienes adquiridos en el exterior a nombre de testaferros. Ni que hablar de los famosos "fondos de Santa Cruz", que podrían hoy evitar el enorme déficit de la provincia pero quién sabe qué campaña electoral o qué hermosas mansiones habrán financiado.

Por ello, sólo un fanatico o un idiota (o un fanático idiota) podría considerar que quienes suelen hablar de justa redistribución del ingreso, de desarrollo económico de matriz diversificada, de construcción y regalo de viviendas como inversión, de lucha contra la especulación, de sustitución de importaciones, de producción estratégica, de limitación a exportaciones, de salarios y jubilaciones dignas, representan el progreso y la justicia.

Por desgracia, en Argentina, sí representan el futuro, así como el presente.

El Muro de Berlín cayó hace casi veinte años, pero el muro del populismo latinoamericano se yergue cada vez más alto en algunos de los países de nuestra región.

1 comment:

  1. Me extraña, para mí economía de mercado; el colectivismo se lo dejo para la perrada sudorosa.

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