Sep 22, 2009

Condenados al éxito

Estamos condenados al éxito

No voy a decir que se trata de una moda porque siempre estuvo de moda. Se trata de una de las creencias de los argentinos, un mito, es la de esperar que “el próximo presidente” va a abandonar los vicios de sus predecesores y por fin va a cambiar las cosas para bien (lo que signifique eso para cada uno), que cuando se vaya el perverso agente del Kaos actual, los impedimentos para nuestro progreso se desvanecerán.

Personalizar los problemas de la Argentina, como es el caso ahora con Néstor Kirchner y su cónyuge que pone la firma, es caer en una trampa para justificar una falsa esperanza.

Si no aprendimos eso en los últimos quince años, no aprendimos nada.

Siempre es "ah, cuando se vaya este criminal y venga otro, las cosas va a cambiar".

Y ya vimos que ni los sindicatos, ni los "empresarios", ni el congreso, ni los gobernadores ni el pueblo mismo permiten ningún tipo de cambio del sistema corporativista, cerrado, corrupto, ineficiente, populista y tramposo que impera en la Argentina.

Es hora de cortarla con el "cuando se vaya este y venga el próximo..." y asumir la dura realidad que nos dice que en nuestra sociedad, así como en cualquier otra, los cambios fundamentales son algo rarísimo y que toma décadas sino más tiempo.

Respeto mucho las opiniones del profesor Ávila, pero en este caso ha caído en el vicio de la falsa esperanza aquí descripto.

6 comments:

  1. Firmo abajo, Blogo.

    Yo lo atribuyo a aquello de que no se puede vivir sin esperanza y que hace falta aferrarse de algo para levantarse todos los días a pelearla.

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  2. No se puede vivir en un mundo de desesperanza, a veces sólo reduciéndonos a nuestro ámbito más íntimo como la familia o el trabajo nos damos alguna satisfacción ante tanto desastre que se escucha a diario en este país. Todo lo que se destruye tan rápidamente tarda décadas en reconstruirse y eso es lo que me da más tristeza. Comparto la opinion de Luis, es el anhelo de algo mejor lo que nos lleva a creer que el próximo será mejor pero todos sabemos que las sociedades tardan mucho más que una generación en mostrar cambios verdaderos

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  3. La esperanza que tengo en el corto plazo no es lo mejor, sino lo posible. Inclusive me conformaría con un mal presidente y malos legisladores, pero que no tengan nada que ver con esta plaga chavista. Entre un Tabaré Vázquez, "Lula" o Michelle Bachelet y los "K" me quedo con los primeros; inclusive entre un eventual populista demagogo, y los proto-totalitarios filo-marxistas (aunque tengan plata, es lo de menos) "K" y su comparsa prefiero el populismo y la demagogia. Por algo -además de plata- los pretendidos "intelectuales" marxistoides de Carta Abierta apoyan al kirchnerismo; por algo el kirchnerismo considera a Fernando Solanas uno de los suyos.
    No sé quién dijo la frase "basta de realidades, denme ilusiones". Yo ni siquiera pretendo eso. Basta de realidades horribles, denme realidades malas.

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  4. Yo sigo insistiendo. En vista a todo lo que vino (y lo que vendrá) después, cómo se agiganta la talla de Menem.

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  5. El punto que quiero hacer llegar es que la alternativa a los Kirchner es un presidente que sea sólo un 10% mejor e ellos y cuya gestión termine en otra calamidad porque aquí nunca se toma el toro por las astas, pese a lo que dijo Rodríguez Saá. No hay voluntad de enfrentar la realidad. No hay visión, ni en la dirigencia ni en el pueblo.

    Y por más que dicha persona fuera un Aznar, en la Argentina no podría hacer nada, la última oportunidad fue Menem, pues los cambios necesarios no serían apoyados por nadie, la oposición sería demasiado fuerte.

    No es pesimismo, es realismo, es observar la historia reciente sin el prisma de un optimismo exacerbado.

    La verdad no deja de ser cierta por ser fea.

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  6. Blogovido, siempre con la posta.

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