Siguen las historias de horror del maravilloso sistema de salud socializado de Québec que privilegia la solidaridad sobre el lucro. Son de todos los días. Algo había comentado del tema hace unos meses.
Gran preocupación en la provincia por los errores en los resultados de análisis de cáncer de mama. La máxima autoridad de patología de Canadá recomienda controles de calidad externos y exige que los laboratorios que obtienen un puntaje menor al 90% dejen de llevar a cabo las pruebas inmediatamente hasta que se corrija la situación.
En Québec hay 30 laboratorios de patología y sólo 6 llevan a cabo controles de calidad externos. En los últimos controles, 15 laboratorios obtuvieron puntajes de entre 70% y 85%. Y siguen funcionando como si nada.
¿Qué quiere decir todo esto? Que hay miles de mujeres con diagnósticos erróneos de cáncer de mama, que reciben tratamiento sin ninguna necesidad, con el consiguiente desperdicio de recursos y el sufrimiento y disminución de la calidad de vida que toda esa situación implica.
¿Se imaginan lo que estarían diciendo si se tratara de un sistema con actores privados? La culpa sería del fin de lucro, de la falta de escrúpulos de los mercaderes de la salud, que no dudan en sacrificar a sus pacientes, que retacean medidas de control, etc.
Pero, como se trata del estado, y el estado nunca se equivoca, te la tienes que comer doblada sin ni siquiera poder quejarte, muchos menos meterles un juicio multimillonario.
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