Nov 10, 2009
Todo sea por la dignidad
Yo insisto con los testimonios de pacientes canadienses sobre las maravillas del sistema socializado de salud. Repito, no se trata de casos aislados ni de exageraciones. No hay reunión social acá en Québec en la que no salga el tema y alguien cuente alguna historia de horror sobre su paso por el sistema de salud. Si no las hubiera escuchado en persona no las creería. Si pasaran en Argentina estaríamos hablando del pedorrimo tercermundista.
El tremendo costo no sólo en muertes sino en calidad de vida, en sufrimiento absolutamente innecesario, producto de un desmanejo fenomenal, de decisiones que se toman políticamente, para recortar costos, sin tomar en cuenta los aspectos médicos.
Yo creo que Mark Steyn tiene razón. Cuando el estado empieza a hacerse cargo de cuestiones tan íntimas de la vida privada de las personas como la salud, se produce un cambio en la relación entre la gente común y el gobierno. El ciudadano de a pie pasa a estar bajo la tutela de los funcionarios.
Si las decisiones sobre mi salud están a cargo del estado, ¿por qué no las de alimentación, ejercicios, estilo de vida en general?
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que hayan prohibido la medicina privada es más un capricho, que una decisión util.
ReplyDeleteigual, a los sociatas poco les interesa si algo sirve o no, solo les importa seguir el discursito sin importarles las consecuencias.
La prohibieron porque saben perfectamente que si la gente tuviera la oportunidad de optar no queda nadie en el sistema público.
ReplyDeleteAhora, esos que hablan horrores por allá, ¿se manifiestan en favor de una medicina privada como en los EEUU o piensan que hay que "perfeccionar" el sistema solidario?
ReplyDeleteEn público no lo dice NADIE, por lo menos acá en Québec. En privado, cuando te conocen, es otra cosa. Para que te des una idea, el sistema de salud socializado es a Canadá lo que YPF a la Argentina antes de su privatización.
ReplyDeleteClaro, el orgullo, la Dignidad Nacional.
ReplyDeleteLo interesante es que una vez que el servicio sea lo suficientemente malo, la gente tiene bien en claro qué hay que hacer: tragarse la Dignidad Nacional.