Nov 12, 2009
Tomando fresco
La vez pasada se supo de la fortuna que lleva ganada Al Gore, el máximo sacerdote del global calenting, invirtiendo en áreas relacionadas con ese culto.
Creo que el hecho no hace más que demostrar el grado de caradurismo de este personaje pero no tiene nada que ver con la validez de la teoría del calentamiento antropológico. Hasta se podría decir que Al Gore tiene lo que hace falta tener para no quedarse sólo en palabras y poner en juego su billetera para apoyar sus convicciones.
El gran problema, como dice el autor de esta columna, es que estando en juego fortunas personales, cabe la pregunta de cuál es el grado de disposición de los afectados a aceptar evidencia en contra del mecanismo que les permite ganar plata a mansalva.
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Puse el tag porque con la foto me olvidé de leer el texto del post, sorry.
ReplyDelete¡Qué cambiado que está Al Gore!
ReplyDeleteyo no puedo creer que estas minas existan
ReplyDeleteYo nunca las vi en carne y hueso, pero que las hay, las hay.
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