Esta
foto de Obama (visto en Drudge) me hizo acordar a Alfonsín.
El contraste físico entre el político que venía a marcar un antes y un después en la historia que asumió en diciembre de 1983, con el pelo bien oscuro y la cara firme, y el que huyó de la presidencia en julio de 1989 sin tener ni la decencia de renunciar, canoso y demacrado, era brutal.
Una pena que no se parezca a Afonsín, pero en su estado actual.
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