Siguen las historias de horror sobre el maravilloso sistema de salud socializado de Canadá, que privilegia la solidaridad y el humanismo sobre el vil lucro.
Mark Steyn da exactamente en el clavo cuando sostiene que uno de los peores efectos de los sistemas socializados de salud es que las personas entregan efectivamente la tutela de su cuerpo al estado. Una vez que los ciudadanos de a pie pasan a ser pupilos de los funcionarios en cuestiones de salud, ¿por qué no en otras áreas?
Esta mañana escuchaba en la radio que en hospitales universitarios de Ontario y otras provincias se conocieron casos de señoras que se internaron en hospitales para cirugías y que mientras estaban bajo el efecto de la anestesia total les practicaron exámenes ginecológicos sin su consentimiento. Los médicos aprovechan que el paciente está inconciente para hacer pasar a un grupo de estudiantes para que practiquen los exámenes ginecológicos uno después del otro.
¿La excusa? Los tipos dan por sobreentendido que si un paciente acepta ser operado en ese hospital también autoriza este tipo de exámenes de practicantes. Según la noticia, las autoridades de Québec aseguran que no pasa en los hospitales locales. Yo ya no les creo absolutamente nada.
Lo peor de todo es que acá no pasa absolutamente nada. Errores y abusos hay en todos lados. Pero un sistema menos socialista como el de EEUU tiene ciertos mecanismos de prevención de error. Después de los dos o tres primeros juicios multimillonarios por mala praxis, los proveedores de servicios de salud extreman los cuidados para tratar de que no pase nunca más.
En un sistema socializado estás lidiando con el estado y el estado no se equivoca nunca.
Que asco, una vejación.
ReplyDeleteHospital Público. Una mujer en la sala de operaciones, totalmente desnuda, tendida en la camilla.
ReplyDeleteEntran cuatro tipos, todos vestidos de blanco, guardapolvo blanco, gorro blanco... Y la empiezan a tocar por todos lados.
Le tocaban las tetas, le tocaban las piernas, le tocaban el culo...
La mujer, preocupada, los mira y les dice:
- Doctor, falta mucho para la operación?
- Ah, no sé - dice el tipo -Nosotros somos los pintores!
Queda bien en claro que el socialismo es la religión de la igualdad y que no le importa ni la pobreza ni el progreso.
ReplyDeletesi hay algo que veo sobre los ambientes estatales es que tu problema es tuyo y nadie mueve un dedo ni le interesa.
ReplyDeletey si alguien presta un poco de atención tenes que andar pidiendo gracias gracias gracias como si fuera el gran favor de la vida.
la perdida de tiempo en los ambientes estatales es odioso. Tu tiempo no vale nada.