Un aspecto para nada menor de la explosión del empleo público que siempre llega de la mano de los procesos populistas - mercantilistas, que me parece que mucha gente no termina de entender, es que, más allá del costo de mantener a semejante lastre improductivo, cada empleo público adicional quita recursos al sector privado para generar puestos de trabajo genuinos, de los que crean riqueza.
Mayor empleo público improductivo (que no es otra cosa que un subsidio de desempleo encubierto) implica necesariamente menos empleo privado productivo.
Al final de cuentas, como ya pasó en los 90 después del colapso del anterior experimento populista - mercantilista, siempre es preferible sincerar las cosas.
Basándome en las experiencias de las privatizaciones durante los indignos 90, se podría decir que el plantel estatal cuadruplica al de la empresa privada y es mucho más ineficiente y burocrático.
ReplyDeletePrácticamente no hay actividad que el sector privado no pueda desempeñar mucho más eficientemente y a menor costo que el estado.