La perrada golfera desesperada para que el Tigre Woods vuelve a jugar. Por lo que escuché, se desbarrancaron las cifras de audiencia desde que largó los palos.
Yo sigo creyendo que su vida privada es su vida privada. La única explicación se la debía a su familia (Doña Woods incluida) y en todo caso a los que tenían invertida plata en base a su imagen de hombre intachable de familia.
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