Apr 14, 2010

Por un lado


Tengo mucho trabajo y casi no me queda tiempo para postear. Pero por otro, siento que la situación de Argentina me supera. No sé hasta qué punto vale la pena seguir ocupándose del tema.

Argentina es lo que es. El país verdadero, el que le sale del alma a la mayoría de los argentinos, está mucho más cerca del actual que del de fines del siglo XIX – principios del XX o, salvando las distancias, del de la década del 90.

¿Tiene sentido seguir explicando que es irracional volver a hacer lo que fracasó siempre esperando resultados diferentes?

Creo que no.

Argentina es un país en el que la pasión puede mucho más que la razón. Una sociedad siempre dispuesta a inmolarse en la hoguera ideológica. Con un entusiasmo que sería la envidia de cualquier fundamentalista religioso.

Por ejemplo, nunca me imaginé que los argentinos volverían al “tema de debate: la inflación” circa 1985, en los términos en que lo hacen. Como si fueran unos recién llegados en la materia. Como si ya se hubieran olvidado de décadas de inflación crónica y de dos fogonazos hiperinflacionarios.

Qué se yo, Lo lamento por toda la gente de bien que aún queda en el país. Cientos de miles de argentinos de un talento extraordinario, que a pesar de todo se levantan todos los días a seguir produciendo, a buscarle la vuelta a un país que los aborrece de pies a cabeza.

Al resto, a los cultures del odio y del resentimiento, a los que viven convencidos de que vivir del fruto del trabajo de los demás es un derecho humano, que les aproveche. Tienen el país que se merecen.

4 comments:

  1. Es una pena que haya cero aprendizaje por parte de la gente. En Alemania después de la hiperinflación nunca más cayeron en eso. Acá estamos como la mosca contra el vidrio, una y otra vez con el mismo tema. Yo cada vez me convenzo más que la única salida para un argentino que quiere vivir bajo normas más o menos razonables es Ezeiza.

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  2. El problema de muchos con la salida por Ezeiza es lo que hablábamos la otra vez por teléfono, muchos argentinos prefieren ser cabeza de ratón a cola de león. Lo único que los consuela o los llena es ver que los demás estén peor que ellos, no soportan ser uno más del montón o estar bien pero por debajo de la mayoría. a otra vez me contaba un argentino que está en Milán hace 10 años, que muchos no soportan ver al vecino caer en un Porsche o Audi A6, que se vayan a Montecarlo de vacaciones, etc... mientras ellos son parte de la negrada, aunque la negrada acá vive mejor que el 99% de los argentinos.

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  3. Y sí, los pueblos tienen los gobiernos que merecen. Los argentinos no merecemos mejor.

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