Apr 7, 2010

Respondiendo a Louis



Louis, me preguntó cómo era la experiencia de ir a la cancha en España. ¡Linda pregunta! Pido anticipadamente disculpas a los amigos españoles, especialmente a los del Real Madrid que es el club que mejor conozco y al que he ido muchas veces, por las inevitables generalizaciones.

En general, podés ir a cualquier cancha con tu familia, chicos incluidos, sin ningún problema, salvo el del estacionamiento. Esto es fantástico e inapreciable para nosotros que hemos perdido esa oportunidad. En todos los equipos grandes, podés comprar las entradas por Internet o por venta telefónica y retirar los tickets en un cajero automático…

La gente suele reunirse a tomarse una cervecita antes de entrar en la cancha porque no se venden bebidas alcohólicas adentro del estadio. Dentro de él, las gaseosas te las venden en botellas plásticas, pero le quitan la tapa…Como esto es España, comida no falta porque hay kioscos que venden unas deliciosas “bocatas” calientes de jamón ibérico con queso o de chorizo.

Hay una presencia policial razonable que se refuerza según la importancia del partido o la bronca que se tengan los rivales. En general, en los partidos de 1ª División no pasa nada y la policía ejerce una buena tarea preventiva en relación a los “ultras” de cada equipo. Los “ultras” serían el equivalente local de nuestros barras bravas, pero suelen ser pocos y no tienen el poder que, desgraciadamente, tienen en Argentina.

Los “ultras” del Real Madrid se colocan siempre detrás del arco del Fondo Sur del Bernabeu y son los únicos madridistas que hacen “hinchada” durante todo el partido. Cantan “Hala Madrid, Hala Madrid, Hala Madrid” (son un tanto reiterativos) y hacen un despliegue de banderas que, para lo habitual en nuestras canchas, es muy pequeño.

No cabe duda que son entusiastas aunque ensombrece un poco su imagen el que muchas veces luzcan banderas franquistas y saluden con el brazo derecho en alto con la mano extendida palma hacia abajo. Sí, Louis, adivinaste. Son “fachas”, como les dicen acá a los fachos en serio. Son la única nota discordante en el Bernabeu y conviene mantenerse lejos de estos tipos porque no les falta nada: son fanáticos, xenófobos, nazis y, encima, cantan muy mal.

La primera vez que fui al Bernabeu me quedé fascinado. Me asombró el excelente estado del campo de juego y el lujo y la comodidad de la Tribuna Oficial. Cuenta con espléndidas butacas donde se sientan los dirigentes de ambos equipos (y otras personas) todos de traje con sus mujeres muy bien vestidas con alhajas y todo.

Había ido con mi mujer y mis dos hijos, invitados por un jugador, y estábamos en el mismo sector de la tribuna justo debajo del Palco Oficial. Nosotros alucinábamos mientras veíamos pasar azafatas sirviendo sandwiches de jamón y copas de champán. Igualito a casa, pensé.

Cuando apareció nuestro amigo, la familia enmascarada se paró y empezó a gritar al mejor estilo criollo. Fuimos los únicos. Los demás del sector estaban sentados, arrebujados en sus abrigos y con sus bufandas del Real Madrid, aplaudiendo con calma la aparición del equipo y mirándonos con cara de asombro por nuestro alboroto. Nos sentamos mudos.

En general, el público del Real Madrid es muy correcto, sumamente exigente y crítico con sus jugadores y/o entrenador. La gente aplaude (sí, aplauden) alguna buena jugada o cuando hay una atajada de Casillas o un buen OutBall de Sergio Ramos (¡lo juro!). También se manifiestan ruidosamente cuando el ídolo de turno (hoy día Cristiano Ronaldo, Higuaín o Xavi Alonso) toca el balón o avanza. Es un estado paroxístico de unos 15 segundos. Gritan y festejan con entusiasmo los goles propios (un minuto a lo sumo) y se callan, recobrando la tradicional severidad castellana, menos los del Fondo Sur que siempre están gritando.

En nuestro primer partido en el Bernabeu (2006), el Madrid perdió 1-0 y todas las hasta entonces calladas tribunas empezaron a gritar a coro, acompasadamente, “Calderón, Dimisión. Calderón, Dimisión”. (Calderón era el entonces Presidente del Real).
Habían hecho algo parecido cuando el árbitro o los jueces de línea perjudicaban, notoriamente, al Madrid. Ahí gritaban todos juntos: “Ma-nos Arriba, esto es un-atraco”
¡No lo podía creer!

Comenté mi experiencia con amigos argentinos que llevan años en España y me dijeron que las hinchadas del Madrid y del Barça son así, medios pecho frío. No es que no sean fanáticos, que lo son, pero actúan distinto. En cambio, la hinchada del Aleti (el Atlético de Madrid) es más del estilo de las nuestras, gritan todo el tiempo aunque vayan perdiendo.

El año pasado, junto con tres o cuatro mil sufridos compatriotas, fui a ver el amistoso de la Selección argentina con España en el Vicente Calderón. El ambiente era otra cosa, había más clima de fútbol y la hinchada española era una verdadera hinchada que cantaba: “Yo soy español, español, español, ¡Hey! Yo soy español, español, español, ¡Hey!” Era tan bonito verlos cantar que me sumé a ellos con un pequeño cambio, dije: NO soy español, español, NO soy español, etc., pero nadie se percató.

La hinchada española también estaba muy unida en insultarlo a Maradona con canciones que no voy a repetir. Confieso que yo fui uno de los muchos argentinos que nos sumamos a esas puteadas por lo mal que jugaron los nuestros. Hay que destacar que, pese a estar con banderas y camisetas argentinas, NADIE nos molestó en ningún momento. A lo sumo hubo algún comentario socarrón pero nada especialmente agresivo. Lo único que nos molestó fue cuando empezaron a cantar: “ Soy de España, es un sentimiento, cada día te quiero más” ¡¡¡NOS AFANARON LAS CANCIONES!!! Existe una leyenda urbana, o tal vez sea cierto, que dice que los “ultras” del Atlético de Madrid fueron a Boca Juniors y se trajeron canciones de las típicas nuestras. El caso es que cantan varias de ellas, pero nunca escuché esos versos inmortales del tipo “Simeone, compadre… tu madre”

En resumen, el fútbol se vive aquí de una manera muy diferente a la Argentina y, aunque las canchas son fantásticas, sentís que falta algo. El público madridista o el del Barça es más frío. Lo notan los propios jugadores y tal vez habrán visto a Messi, Cristiano o Higuaín haciendo gestos a las tribunas para que los alienten más. Los jugadores sudamericanos sienten esa carencia, así como los que han jugado en Italia o Inglaterra ya que el público de esos países es más gritón. No se siente esa energía que brota en un River-Boca o en un Newells-Central y no me refiero a los barras bravas (que ojalá no existieran más) sino al público en general.

Ir al Bernabeu a ver un partido es un excelente y entretenido programa donde podés llegar a ver jugar un espléndido fútbol en un ambiente agradable y muy civilizado, pero no es lo mismo aunque no digo que sea mejor ni peor, sólo es diferente. A nosotros nos sale el italiano de adentro a cada rato, especialmente en las canchas de fútbol donde el fenómeno se potencia y un educado señor se transforma en un irreconocible basilisco furioso o en un eufórico gritón que vuelve a su casa, afónico, y flotando en una nube de placer porque SU equipo ganó.

7 comments:

  1. Interesantes las anécdotas del bernabeu y todo lo referido al fútbol español en general... pero ese culo es rossonero!

    Mariano

    ReplyDelete
  2. Muy buena descripción!

    Mi experiencia es super limitada porque la única vez en mi vida que fui a ver un partido de fútbol fue en el Bernabeu hace unos años: Atlético de Bilbao vs RM. De modo que nunca experimenté el caso argentino.

    Sobre los ultras coincido perfectamente. Tienen unos cánticos muy simplotes que hasta dan gracia.

    Según lo que me ha contado una amiga hincha del Atlético de Madrid, su hinchada es más parecida a la argentina, como dice El enmascarado. Incluso tienen muchas ganas de parecerse aun mas. Me contó esta chica que una vez les dejaron a los hinchas en la platea antes del partido rollos de papel higiénico para los tiraran a la cancha onda serpentina con el fin de hacer lucir el espectáculo.

    Ah. Otra cosa que diferencia el futbol europeo del argentino es que no existen las "populares", son todas plateas. Creo que se quitaron después de una tragedia que hubo en un estadio de futbol durante un partido de Champions hace más de una década.

    Una cosa más, en las plateas normales del Bernabeu tienen estufas para el invierno y monitores para repetir las jugadas.

    ReplyDelete
  3. Muy bueno, Don Enmasca, muy interesante. Yo sigo convencido de que históricamente España será nuestra Madre Patria, pero culturalmente lo es Italia.

    En Argentina el fútbol es mucho más que un deporte, hace las veces de religión oficial y/o circo romano. ¿Por qué los argentinos lo dejan en manos de delincuentes?

    ReplyDelete
  4. Mariano: Ud. es un experto en culos y en equipos de fútbol. Tiene razón ya que la foto corresponde a una amiga mía italiana hincha del Milán...


    ¿Se lo creyó? En realidad, elegí la foto esa porque me impactó la iluminación...

    ReplyDelete
  5. Muy bueno, Don Enmascarado! Como todos sus relatos.

    Jorge, y los hinchas usaron el papel higiénico como serpentina? O se lo llevaron al baño, creyendo que era cortesía de la casa? =P

    ReplyDelete
  6. Enmascarado, en Londres conocí el estadio del Chelsea F.C que es el club del barrio en que vivía; es muy cómodo, en todos los partidos está totalmente lleno y hay mucho duelo de hinchadas. De todas maneras, impera la corrección. Ya no hay hinchas malos porque saben que si se pasan van presos. Los británicos cuando son grasas y, encima, chupan son insoportables y violentos pero, generalmente, a los desastres los hacen en el extranjero.

    Como el fútbol dejó de interesarme hace mucho tiempo, lo que más he visto es rugby en Twickenham y, por supuesto, en París en el Stade de France y el viejo Parc des Princes. Como vos sabés muy bien el rugby es una cosa aparte.

    En los setenta conocí el histórico estadio de Colombes en el que los uruguayos habían ganado el título olímpico; fui a ver la pelea entre Monzón y Jean-Claude Bouttier (que antigüedad). Recuerdo que había un muchacho argentino que se quiso hacer el vivo y empezó a cargar a los locales; de repente apareció un francés grandote con pinta de campesino y lo corrió a patadas en el trasero hasta la puerta del estadio. Un papelón.

    ReplyDelete
  7. Carlitos, has estado en verdaderos templos del deporte!! El rugby temo que está empezando a cambiar ya que habrás visto que los franceses silban cuando el rival va a patear.

    ReplyDelete

Note: Only a member of this blog may post a comment.