Y siguiendo con los festejos, también el fútbol estuvo presente en el Bicentenario. Nos visitó Canadá. Con todo respeto, ¿va al Mundial?
El resultado es una anécdota, pero algo ha cambiado en nuestro fútbol. Por momentos el silencio era tal, que parecía que estábamos en un teatro. Sí, en un teatro. Nada de gritos, nada de aliento, tibios aplausos, alguno que otro grito por los goles. Pero en realidad, el único contento era Maradona que habían ganado. Habían goleado, pero (con todo respeto) ¿a quién le ganaron?
Lo bueno fue la previa con el show de los que entonaron los himnos nacionales de Argentina y de Canadá.
Ah, los jugadores quedaron con días libres para visitar familiares y amigos. Pero ¿que pasó? Los muchachos se fueron a divertir llegando a la madrugada o a la mañana siguiente a Ezeiza donde están concentrados y esperando el viaje a Sudáfrica. Eso si, se sabe que un jugador se cayó y se lesionó una mano, pero no fue en la cocina o en el living de su casa o jugando con sus hijos. Fue en un boliche.
Pero bueno, los muchachos no pueden estar tensionados por el encierro, tienen que distraerse un rato.
El Gran Alberto
El gran clásico de las Américas. Se garcaron para meter el sexto.
ReplyDeletete quuiero comer la boca....te quiero comer la boca...grande la mosca!
ReplyDeletela empresa que hizo la transmision es la corte que hace futbol para todos
ReplyDeleteno tenian un solo tipo que hable ingles para preguntarles ni si comieron choripan a los de canada una verguenza.
que rica esta la rubia eh
Tremenda Opiladie la cantante canaca.
ReplyDeleteLa misma observación sobre el silencio del público, al que hace referencia El Gran Alberto, me la contaron mi mujer y mi hija que fueron a la cancha.
ReplyDeleteLes pareció que estaban en el Bernabeu (salvando las gigantescas diferencias entre el Gallinero Mayor y el ultracómodo estadio madridista) porque el público estaba casi mudo.
Tal vez la explicación esté por el lado del flojísimo rival que fue Canadá y que la hinchada no sintió que fuera un partido en serio.
Louis, hice el mismo comentario que vos acá, en Madrid, mientras veía el partido con un grupo de argentinos y uno de ellos me dijo que existen códigos entre jugadores de un partido amistoso por los cuales no está bien meterle 7 u 8 goles a un adversario aunque sea muy inferior técnicamente.
ReplyDeleteRepito lo que me dijo porque este amigo jugó con la celeste y blanca y sabe de qué habla.
Me imagino que el partido fue algo simbólico.
ReplyDeleteDon Enmascarado, ese comentario lo solía hacer un ex compañero de la secundaria cada vez que perdía Deportivo Ñuñorco por goleada. Pero lo decía en serio, como si fuera consuelo.
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