Entretienen pero no alimentan. Ya lo dije varias veces por acá, perdón por la cantinela.
Vienen bárbaro para tener enfervorizada a la perrada de “la culpa es de los demás”, pero como proyecto de país y/o sociedad (o personal) es suicida.
Harta a los pocos años.
No hay cuerpo que aguante.
Es absolutamente insostenible.
Te consume en vida.
Condena al país a quedarse con los peores. La gente como la gente huye despavorida o se confunde en el decorado.
Es imposible construir algo positivo en base a un proyecto destructivo. Aun si hay motivos reales para el odio y el rencor, en algún momento hay que dejarlos de lado y seguir para adelante. Por lo menos aprender a manejarlos para que no los siga paralizando.
Tal vez ésa sea la mayor diferencia con Brasil. Aun teniendo muchos más motivos para el odio y el resentimiento que Argentina, no los ha convertido en un proyecto de país.
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