Empecé a escribir un comentario a este post sobre el ventajismo argentino, pero adquirió vida propia.
Eso que cuenta Rosenwasser sobre la heladera, es una minucia. Lo que sigue me lo contó un amigo, que lo vivió de primera mano :
En la subsidiaria argentina de una importante multinacional, pusieron un paragüero en el lobby del edificio, para que los mediodías lluviosos la gente pudiera tomar prestado un paraguas (estampado con el logo de la empresa), y devolverlo al retornar del almuerzo.
Luego de dos días, no quedaban paraguas disponibles, todos habían desaparecido. Gran despelote gran, correos iracundos del Director General... y todo quedó en la nada.
No vas a encontrar en el país mucha gente de más "Nivel ABC1" que en esa compañia. Pero la avivada no reconoce estratos sociales, está grabada en los genes argentos.
Cuando decodifiquen el genoma nacional y popular, el ADN va a tener la forma de un puño golpeando una pelota de futbol.
Mucha gente siente la compulsión de llevarse todo lo que no esté atornillado al piso, aunque después lo tire a las dos cuadras.
ReplyDeleteChorearte hasta las canillas en una escuela secundaria pública es realmente de muy malnacido.
Yo laburo en una empresa como la que describís, tenés que ver cuando hay un catering a los gerentes de $40.000 por mes tirándose de palomita a la guerra del codo a codo por una empanadita o canapé... un espectáculo lamentable.
ReplyDeleteNo les pasó? Ir a algún casamiento o fiesta, en salón, con mozos, tutti le fiocchi, y ver que al finalizar la velada algunas mujeres -viejas y no tanto- empezaran a encanutarse los centros de mesa y alguna otra cosa que estuviera de adorno?
ReplyDeleteA mí sí.
Y no voy a decir en qué fiestas porque los homeneajeados no tienen la culpa de cómo son algunos invitados.
Pero puedo asegurar que los apellidos de los anfitriones, así como los de los asistentes al evento, se encuentran aún hoy entre los de las familias más poderosas del país.
...
Es ansina nomás, el gen argentino.
Qué lo parió.
Fiura, lee esto.
ReplyDeleteLo leí.
ReplyDeleteGracias Louis.
Excelente relato. Lamentables los sucesos.
Veo que coincidimos en la visión del problema -uno de tantos- del ser (ya no estoy segura) argentino o latinoamericano o descendiente de inmigrantes o... qué sé yo! dónde está la raíz, pero que da vergüenza ajena, seguro!
Nota: cada tanto, cundo tengo más tiempo, voy para atrás y leo algunos posts de cuando todavía no había descubierto EOC.
Siempre muy bueno.
Te felicito Louis por esta iniciativa de plasmar aquí tus experiencias y conocimientos, que son muchos y muy útiles.
Gracias, una vez más.
Fiura, me parece que te robaron el usuario de nuevo.
ReplyDeleteNo se haga el modesto, Don.
ReplyDeleteUsté se lo merece! (Pero no todas las vece... jeje)