Hablando en serio, Joe.e.tata dice en un comentario que los brasileros son otra cosa, que los argentinos no pueden compararse con ellos.
La que se convirtió en “otra cosa” es la Argentina actual. Lamentablemente lo único comparable en la región es la Venezuela de Chávez, la Bolivia de Morales o el Ecuador de Correa.
Es una Coca Cola?
ReplyDeleteSí, con pajita.
ReplyDeleteJL
Yo dejaría a Venezuela y Bolivia, nada más. Ecuador, con el loco de Correa y todo, creo que es más racional (o menos irracional) que el paraíso nac&pop.
ReplyDeleteLo viene frenando la dolarización.
ReplyDeletea lo que me referia es que
ReplyDeletechile tiene el 25% del cobre del planeta
y brasil son casi 200 millones de tipos y con unos recursos superiores a los nuestros
lo que podmoes sacar de ahi es el esfuerzo y disciplina
pero no podemos aplicar su modelo a nosotros.
lo nuestro tiene que copiar otros paises con poblacion, recursos y distancia a mercados similar a nosotros
Mis suegros fueron recientemente a Ecuador, como estaremos de mal que aquellos les parecio el paraiso
ReplyDeleteJoe, yo voy al pobrismo. Más allá del potencial de cada país, ni los uruguayos, brasileros, peruanos, colombianos (ni hablar de los chilenos) consideran que la pobreza es una condición deseable o moralmente superior.
ReplyDeleteOuroboros, yo creo que tiene que ver con la dolarización, que les permite zafar de los peores efectos del populismo. Desde que dejaron el sucre, las crisis políticas no van acompañadas de caídas del salario real.
ReplyDeleteHace un tiempo escribí una nota sobre Brasil:
ReplyDeletePorqué Brasil no es un camino a seguir
En Argentina la mayoría de los analistas se emociona cuando le cantan loas al "modelo brasileño", en lo referido a la política económica. Pero en realidad lamento informarles a aquellos que insisten en seguir el camino brasileño, que Brasil en muchos casos, es modelo de lo que NO se debe hacer.
¿Algunas razones?
-Es uno de los países más proteccionistas del mundo y, por ende, con una economía cerrada. Teniendo Brasil una población de aproximadamente 200 millones de habitantes, alcanza y sobra para conseguir un mercado cautivo. Argentina, en cambio, tiene aproximadamente 40 millones de habitantes y por eso resulta inexplicable que muchos "empresarios" hagan énfasis en el mercado interno local, cuando el resto del mundo es un potencial mercado de 7000 millones de consumidores a los cuales hay que ofrecer nuestros productos y servicios.
Y para darse una idea, la población de Argentina es equivalente a la del estado de Sao Paulo, el motor más importante de la economía brasileña.
-Es un país que al mismo tiempo que puede darse el lujo de gastar millones de dólares en la industria de la defensa, no puede controlar territorios situados en las grandes ciudades. Lo que sucede en muchas favelas de Río de Janeiro y Sao Paulo es más que elocuente.
-Desde hace muchísimos años arrastra un problema sintomático: la enorme brecha entre ricos y pobres. La reducción de la pobreza en los últimos años se debe principalmente al hecho de que Luiz Inácio Lula da Silva no ha cometido grandes disparates en lo económico y ha tenido el mérito de mantener las políticas económicas ejecutadas por Fernando Henrique Cardoso, su antecesor en el cargo.
-A la distancia no se ve que Brasil esté haciendo grandes reformas estructurales en dirección hacia una economía de mercado, máxime cuando su sistema político es de una complejidad que no permite una fácil ejecución de dichos cambios necesarios, aunque merece destacarse la racionalidad y constancia de la mayoría de la dirigencia política brasileña.
De hecho las diferencias entre José Serra y Dilma Rouseff, los dos principales candidatos a la presidencia de Brasil para las elecciones de octubre, son mínimas y en principio ninguna opción representa un salto al vacío como los que lamentablemente estamos acostumbrados a ver en Latinoamérica.
A todo esto, ¿Existe algún camino a seguir?
Por supuesto que sí y ese es Chile. En materia de política económica ha sido pionero, entre otras cosas, en introducir el sistema privado de jubilaciones y en firmar Tratados de Libre Comercio con muchos países del mundo, incluídos China, Estados Unidos y Japón.
Chile apenas tiene poco más de 17 millones de habitantes, pero ha sabido abrirse al mundo en primera instancia de la mano de ministros como Hernán Büchi, y luego a través de los sucesivos gobiernos de la Concertación de centroizquierda. Países de Latinoamérica como Colombia y Perú (a través de Alan García, ¡Quien lo hubiera imaginado!) han empezado a seguir, a su manera, el camino trazado por Chile.
Andrés
Hace un tiempo escribí una nota sobre Brasil:
ReplyDeletePorqué Brasil no es un camino a seguir
En Argentina la mayoría de los analistas se emociona cuando le cantan loas al "modelo brasileño", en lo referido a la política económica. Pero en realidad lamento informarles a aquellos que insisten en seguir el camino brasileño, que Brasil en muchos casos, es modelo de lo que NO se debe hacer.
¿Algunas razones?
-Es uno de los países más proteccionistas del mundo y, por ende, con una economía cerrada. Teniendo Brasil una población de aproximadamente 200 millones de habitantes, alcanza y sobra para conseguir un mercado cautivo. Argentina, en cambio, tiene aproximadamente 40 millones de habitantes y por eso resulta inexplicable que muchos "empresarios" hagan énfasis en el mercado interno local, cuando el resto del mundo es un potencial mercado de 7000 millones de consumidores a los cuales hay que ofrecer nuestros productos y servicios.
Y para darse una idea, la población de Argentina es equivalente a la del estado de Sao Paulo, el motor más importante de la economía brasileña.
-Es un país que al mismo tiempo que puede darse el lujo de gastar millones de dólares en la industria de la defensa, no puede controlar territorios situados en las grandes ciudades. Lo que sucede en muchas favelas de Río de Janeiro y Sao Paulo es más que elocuente.
-Desde hace muchísimos años arrastra un problema sintomático: la enorme brecha entre ricos y pobres. La reducción de la pobreza en los últimos años se debe principalmente al hecho de que Luiz Inácio Lula da Silva no ha cometido grandes disparates en lo económico y ha tenido el mérito de mantener las políticas económicas ejecutadas por Fernando Henrique Cardoso, su antecesor en el cargo.
-A la distancia no se ve que Brasil esté haciendo grandes reformas estructurales en dirección hacia una economía de mercado, máxime cuando su sistema político es de una complejidad que no permite una fácil ejecución de dichos cambios necesarios, aunque merece destacarse la racionalidad y constancia de la mayoría de la dirigencia política brasileña.
De hecho las diferencias entre José Serra y Dilma Rouseff, los dos principales candidatos a la presidencia de Brasil para las elecciones de octubre, son mínimas y en principio ninguna opción representa un salto al vacío como los que lamentablemente estamos acostumbrados a ver en Latinoamérica.
A todo esto, ¿Existe algún camino a seguir?
Por supuesto que sí y ese es Chile. En materia de política económica ha sido pionero, entre otras cosas, en introducir el sistema privado de jubilaciones y en firmar Tratados de Libre Comercio con muchos países del mundo, incluídos China, Estados Unidos y Japón.
Chile apenas tiene poco más de 17 millones de habitantes, pero ha sabido abrirse al mundo en primera instancia de la mano de ministros como Hernán Büchi, y luego a través de los sucesivos gobiernos de la Concertación de centroizquierda. Países de Latinoamérica como Colombia y Perú (a través de Alan García, ¡Quien lo hubiera imaginado!) han empezado a seguir, a su manera, el camino trazado por Chile.
Andrés