Sep 14, 2010

La ciudad de Québec quiere volver a tener un equipo de hockey


Los Nordiques se mudaron a Denver, Colorado, en 1995.

Me parece fantástico, corro a comprarme la camiseta, siempre y cuando la plata la pongan los que van a participar voluntariamente en el proyecto.

Pero, como con las carreras de Fórmula Uno en Montreal, si realmente es una idea tan excelente, un negocio tan formidable, si los números cierran por donde se los mire, no se entiende por qué la cosa no puede avanzar sin fondos públicos (es decir, sin obligar a los contribuyentes de la provincia a financiar el negocio).

¿Dónde está la cola de inversores privados? ¿O los políticos de Québec tienen mejor visión de negocios que los empresarios de la provincia?

Hoy todos los medios repiten que Harper, de visita en Québec, “enfrió el entusiasmo” de los fanáticos del hockey en esa ciudad. El primer ministro de Canadá dijo que le parece fantástica la idea, pero no deben esperar fondos federales para financiar la construcción de un nuevo estadio, los deportes profesionales son una actividad del sector privado y debe ser el sector privado el que ponga la plata.

Los políticos son iguales en todos lados. Están convencidos de que la plata de los contribuyentes es de ellos y está para gastarla en lo que mejor les venga en ganas. La idea es que cuanto más gastan, mejor. Y terminan estando al servicio de los grupos que mejor se organizan para favorecer sus intereses sectoriales, que invariablemente serán vendidos como “el interés público”.

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