Si todo esto del ambientalismo es una idea tan genial, si además de salvar el planeta la gente ahorra plata, ¿por qué hacen falta leyes para hacerlo obligatorio?
Si utilizar focos fluorescentes compactos permite ahorrar cientos/miles de dólares al año en la cuenta de la luz, ¿por qué hace falta prohibir el uso de los incandescentes? ¿Cuál es la necesidad de las propagandas en televisión, diarios, revistas, de los folletos y demás campañas?
En los canales de Vermont están pasando una propaganda (entre nos, es pésima, debe estar hecha por alguna agencia pedorra del estado, siguiendo los sacrosantos principios del “compre local”) alentando al “carpooling”, aquello de compartir los viajes en auto al trabajo con amigos, vecinos y compañeros.
El mensaje es que “compartiendo los viajes no sólo la paso bomba charloteando de lo lindo con mis amigas, sino que como si fuera poco y por el mismo precio, me ahorro varios cientos de dólares al año”.
Una vez más, si realmente es así, tan ventajoso para el consumidor, ¿por qué hacen falta políticas oficiales para tratar de convencer y/o obligar a la gente a que lo haga?
Sí, ya sé, la gente es tonta y no sabe lo que le conviene.
Porque la gente es tonta y no sabe lo que le conviene, hay que decirles que es lo mejor para ellos
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