Cuánto me alegro.
La vez pasada al comparar la ausencia del estado frente a los narcotraficantes y delincuentes con la que tenía con los indios en el siglo XIX. Ahora al sostener que la memoria histórica tuerta no es memoria:
Tzvetan Todorov es uno de los críticos literarios más importantes del mundo; aportó con obras sustanciales a la semiología y a la crítica que se enseñan y discuten en las universidades de Europa y América. Es un búlgaro que completó su formación junto a Roland Barhes en Francia y es un emblemático de la academia contemporánea. Nadie puede decir de él que tenga un pensamiento de derecha; por el contrario, es un crítico de los totalitarismos de todos los orígenes, como lo demuestra en su último libro, «La experiencia totalitaria» (2010) en el cual describe las atrocidades del nazismo pero también del estalinismo. El mes pasado estuvo en la Argentina para dar un par de conferencias y el Gobierno lo paseó por los santuarios de la memoria de las víctimas de la represión clandestina de las guerrillas, incluyendo la oprobiosa ESMA. En una nota que publicó ayer el diario El País cuenta su experiencia y señala las ausencias en el debate público sobre los años 70, como por ejemplo las atrocidades cometidas también por las bandas terroristas. Llega a decir que en los mismos años en Camboya, activistas del mismo signo y modalidad tomaron el poder y provocaron la muerte del 25% de la población. Interesan las reflexiones de Todorov por la valentía y la profundidad con que reclama que no sólo haya memoria sino también historia.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.