Muy interesante intercambio con Pablo en el post de Blogovido sobre los “pingüinos expiatorios".
El cambio es inevitable porque la plata, más tarde o más temprano, se termina.
Sigo creyendo que el intento por salir de este esquema va a venir cuando ya no quede absolutamente ninguna otra opción, cuando ya no quede caja por saquear, por necesidad y no por virtud, a regañadientes, con cero proceso de aprendizaje. Y será considerado un acto de supervivencia, temporario, como para seguir tirando hasta el próximo ciclo expansivo que permita volver al mismo esquema de siempre: populismo clientelista en lo político, corporativismo prebendario en lo económico.
En ese momento habrá que hacerse cargo de todos los costos acumulados durante estos años de parranda y autoengaño colectivo. Espero que le toque a un presidente peronista, porque uno no peronista no dura seis meses.
En 2002 fueron el default y la megadevaluación patrióticos.
ReplyDeleteSiempre se puede "salir" devaluando hacia más pobreza, haciendo más pobres a los pobres que ni se enteran de lo que les pasó.
Más tarde o más temprano vendrá otra híper-inflación.
¿Se aprenderá la lección? Lo dudo, es evidente que no hemos aprendido nada de todo lo que ha pasado.
Y muy instructivo para mí, cosa que agradezco, en especial a Blogovido.
ReplyDeletePablo
Por mucha fiesta que haya, hay cosas que se notan igual: el descalce entre lo que uno gana y lo que gasta, el porcentaje de sueldo que tiene que gastar cada vez que compra un par de zapatillas, un libro, una heladera, una cuota de colegio; la gente joven que gana sueldos de m; la gente que necesita acceder a una operación o tratamiento en otro país, que para nosotros es como si tuviéramos que pagar un viaje a Marte; la marginalidad en aumento; el nivel pésimo de la educación pública; que no nos dejen acceder a productos que se fabrican afuera; etc.
ReplyDeleteEl punto es que la gente suspendió voluntariamente su capacidad de sorpresa y de indignación. Pero eso no significa que le encante lo que pasa. Significa que no quiere sufrir teniendo presente todo lo que falta, porque no tiene cómo modificarlo hoy. Pero en cuanto vea una posibildad de sacarse de encima la decadencia, la va a tomar.
Mariana, ¿vos crees que a) en general los argentinos son concientes de que es imposible salir de este esquema sin pagar los costos y que b) están dispuestos a hacerlo?
ReplyDeleteNo y no
ReplyDeleteTienen la sensación de que hay cosas que andan mal. Punto.
Viven la vida loca mientras dé, y cuando cambie la onda ya verán.
Es mi impresión también. Tengo miedo de que mucha gente se lleve una sorpresa tremenda y reaccionen indignadamente cuando se den con todo contra la pared.
ReplyDeleteLo mismo digo, Pablo, estos intercambios siempre estimulan el pensamiento.
ReplyDeleteEl dinero ya se acabó, por eso tenemos el 30% de inflación anual, porque el gobierno está imprimiendo moneda sin respaldo en la medida de sus necesdades y esto irá más o menos en aumento hsta que algún cambio en las condiciones internacionales (una disminución de los commodities, una suba de la tasa de interés, una revaluación mundial del dolar o una devaluación del real, un freno de la economía China, etc) haga saltar todo por el aire o hasta que la inflación se espiralice y se transforme en intolerable. ¿Cuanto falta para eso? Nadie lo sabe a ciencia cierta.
ReplyDeleteVivimos 40 años de inflación casi permanente entre los 50 y los 91. Claro nada es gratis. Nos hundimos en el concierto de las naciones. Vale decir: la población se empobreció y la infraestructura se destruyó.
Yo soy un convencido que la convertibilidad borró de la memoria colectiva el horror de la inflación. Estamos en condiciones de repetir el experimento.