Jun 15, 2011

La "destrucción" de la industria

Relacionado con el post de Alecleamas. Lo iba a dejar como un comentario, pero mejor lo cuelgo directamente.

Mucha gente en general y la izquierda en particular tiende a evaluar por objetivos y no por resultados. Lo de obtener resultados es de neoliberales menemistas. Una cosa son las intenciones, por más buenas que sean, y otra muy distinta son los incentivos que se generan. Las intenciones son el pan de cada día de la política. Desde un punto de vista económico, lo único que interesa son los incentivos.

Todavía hay quienes siguen repitiendo lo de la supuesta destrucción de la industria en los 90. Pero si vemos los números concretos encontramos que en muchos casos, recién en 2008 – 2009 se superaron los máximos históricos de producción de 1998. Diez años después. Acá en el blog hay enlazadas varias noticias sobre el tema. Me voy a fijar si las encuentro.

Uno de los casos más paradigmáticos es el de la industria textil, actividad mano de obra incentiva si las hay, típica de económicas de bajos ingresos y muy baja productividad. Si nos quedamos con los anuncios, deberíamos suponer que durante la vigencia del "modelo" corporativista prebendario debería haber tenido lugar una explosión de la actividad. Pero resulta que no. Hasta 2010 todavía no se habían superado los máximos históricos de los 90.

Un puesto de trabajo genuino es aquel que produce bienes y/o servicios por los que existe una demanda genuina. Todo lo demás es una ficción. Durante los 90, por necesidad y no por virtud, se produjo un sinceramiento muy amplio (aunque no todo lo amplio que debería haber sido) de la economía. Mucha gente que tenía subsidios de desempleo encubiertos en diversos sectores, incluida la industria, los perdió. Va a volver a pasar exactamente lo mismo cuando se termine la caja. La magia no existe.

En Argentina hay mucha gente convencida de que existen actividades económicas que son buenas o malas en sí mismas, independientemente de si tienen sentido económico o no. El desarrollismo circa 1950 sigue campeando en las cabezas nacionales y populares. La industria es buena, la producción agrícola ganadera es mala, los servicios son pésimos (a pesar de que generan la gran mayoría de los puestos de trabajo).

Es un disparate absoluto. Pero aún si fuera cierto aquello de que la actividad industrial es buena en sí misma, independientemente de si produce bienes por los que existe una demanda genuina, la mejor manera de favorecerla no es mediante subsidios, inflación, aislados del mundo y medidas discrecionales sino con una moneda estable, una economía abierta, respeto por los contratos y el derecho de propiedad y estabilidad de reglas del juego.

Por otro lado, castigar con impuestos confiscatorios, regulaciones, controles de precio y trabas a la producción al único sector auténticamente competitivo a nivel internacional para subsidiar a otro que no puede competir ni con Brasil es una pésima asignación de recursos que básicamente te condena a la pobreza.

Ya que estamos, vale la pena leer esta columna de Fernando Iglesias, no precisamente un neoliberal menemista, sobre el tema:

Desde sus orígenes, el gobierno ha insistido en la idea de que modernizar el país es industrializarlo, ignorando que la Argentina es ya más industrial que los Estados Unidos y la Unión Europea, a los que supera ampliamente en el porcentaje del PBI aportado por la industria, y apostando por un modelo manufacturero de baja tecnología, supuesto creador de puestos de trabajo.

1 comment:

  1. El dirigismo argentino se ha quedado en los 50s, el modelo son los talleres textiles y las metalúrgicas.

    El reloj les atrasa medio siglo y ni se dan cuenta.

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