La perrada se queda con los anuncios, con las intenciones, y se olvida de los resultados concretos, de los incentivos que generan:
¿Cómo logra un gobierno que se construye diariamente como "nacional y popular", de corte "progresista" y "defensor de los derechos humanos" para convivir con fuertes aumentos de precios en los alimentos -llegan a un 33,2% en doce meses, según una fuente que prefiere el anonimato para no sufrir multas- que golpean directamente en los bolsillos de los trabajadores, su supuesta base política?
Hace unas semanas me lo decía un conocido fanático del "modelo", aunque ya cansado de la viuda de Kirchner, como uno de sus logros indiscutibles, “aceptado hasta por la oposición”: la asignación universal para hijos.
Pero si el régimen kirchnerista realmente tuviera como objetivo combatir la pobreza, la mejor manera de hacerlo sería eliminando la inflación.
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