Este resultado se debe a varios factores

1) Desde hace años vienen lavando el cerebro de los jóvenes a través de los medios estatales o financiados por el Estado, de los programas de educación, de los medios de prensa.

2) No existe ninguna oposición ideológica al gobierno. Nadie quiere ser identificado con la derecha ni con el centro.

3) Las universidades son centros de adoctrinamiento izquierdista, y los profesores ajenos a esa tendencia somos unos bichos raros.

4) La Santa Soja, más el contexto internacional favorable, más los fondos robados de las AFJP, más la presión impositiva descomunal, permiten financiar múltiples planes sociales, netbooks en las escuelas públicas, subsidios por repitencia escolar, aumentos masivos de salarios, y una cultura adversa al trabajo.

5) Las víctimas de delitos, por frecuentes que sean, no significan una fuerza electoral, y muchas veces padecen del síndrome de Estocolmo: terminan apoyando al kirchnerismo.

6) Los diarios supuestamente opositores le hacen el juego a la propaganda K: a la presidente la llaman "Cristina", como en Cuba a "Fidel" y en Bolivia a "Evo". No es necesario ser un gran psicólogo para darse cuenta que forma parte de la estrategia oficial generar una identificación psicológica a través de la familiaridad que suscita el tratamiento por el nombre. Eso lo admitió alguna vez un ex espía cubano, respecto de "Fidel".

7) A los empresarios los domestica mediante la zanahoria -prebendas- y el palo (enviar la AFIP o a los fiscales adictos contra los que esbocen críticas).

Este gobierno no es meramente populista; tampoco es socialdemócrata a la europea; es marxista y totalitario, amigo de Castro y de Chávez. Llegado el momento, "profundizará el modelo", y utilizará todos los medios para sofocar la disidencia, sea por la compra de conciencias, sea por el temor.

Por supuesto, antes de las 21 horas, ya el gobierno cantaba victoria, y todos los medios la celebraban, conjuntamente con el "buen desempeño" de Binner, que no difiere del kirchnerismo en otra cosa que las maneras.

Un factor adicional es que en Argentina son muchos más los que reciben fondos públicos -empleados públicos, jubilados, beneficiarios de planes sociales, contratistas del Estado, cineastas pagados por el Instituto Nacional de Cinematografía, periodistas coimeados- que los que pagan impuestos directos o indirectos, presentando declaraciones juradas y sometidos a la persecución del fisco. Esa gran mayoría -que hipoteca su futuro por limosnas actuales- no puede ser seducida con un discurso libreempresista, por lo demás ideológicamente desacreditado.

En mi provincia, basta leer las opiniones de La Gaceta sobre Castro -nadie dice que es una dictadura que lleva en el poder más de cincuenta años- y confrontarlas con lo que se dice del Reino Unido (Cameron) y de Chile (Piñera). El pueblo está muy disconforme con sus gobernantes electos (en esos países) y al parecer, muy contento con no poder elegirlos en Cuba, esta última un paraíso en el que hay tanta prosperidad y libertad, que no se entiende por qué motivo tantos quieren rajar y nadie procura inmigrar al edén.

Como anécdota, en el colegio privado que envío a mi hijo menor, fue aplazado por presentar una versión alternativa a la nueva historia oficial de la Campaña del Desierto como un genocidio.

En fin, no me alcanzará la vida para ver un país mejor.

Julio