¿Es tan así?
La máxima aspiración de los políticos es ganar las elecciones. Y la única manera de hacerlo es ofreciéndole a los electores lo que los electores demandan.
¿Cuántos votos sacaba un candidato/partido con propuestas como terminar con las retenciones, eliminar los controles de precios, liberar tarifas?
Alfonsín, Lilita, Binner, todos ponen el dogma antes del pragma.
ReplyDelete"Mi límite moral es Macri", ¿no decía Lilita hace pocos años? Macri tendió una mano, se le cagaron de risa. Rifaron el campo de ventaja (literalmente "el campo" de ventaja) que les estaba dando Cristina. Se lo fumaron peleándose entre "los opo" como dicen en 678.
A llorar a la llorería ahora.
Prefieren estar con el culo roto a compartir una sola hojita de alguna corona de laureles. "Que se rompa pero que no se doble". Alem por lo menos era un romántico. Estos, unos pobres mezquinos.
JL
Me van a decir que Binner, ¿Alfonsín, Carrió y Proyecto Sur no quieren mas o menos lo mismo? Si desarrollan un plan de 5 o 6 puntos en cuanto a política económica, estarían de acuerdo. El problema son los personalismos. Todos quieren ser el líder, no la mano derecha. Que se jodan. Y nos jodemos.
ReplyDeleteEmilio.
No tienen nada diferente para ofrecer. En gran medida porque los argentinos demanda socialismo nacionalista.
ReplyDeleteSería interesante que un economista haga un análisis económico de los incentivos políticos (Buchanan y Arrow lo hicieron, pero no contemplan casos como el de las elecciones argentinas).
ReplyDeleteEl problema debe ser analizado desde el punto de vista de los candidatos y de los votantes. Los primeros, consideran que deben “rendir examen” de corrección política, y no cuestionan el “modelo” en el sustancial. Quizás en el corto plazo –ni siquiera eso es seguro- aporte algún voto, pero en el largo plazo impide el surgimiento de una auténtica oposición. ¿Es normal que en un país de medianos ingresos, que haya menos centro-derecha que en Perú, en Chile o en Uruguay? Hay una demanda insatisfecha de confrontación ideológica con el filo-socialismo reinante, que no se ve cubierta por el espectro político.
Al no impugnar los candidatos el “modelo” sino sus detalles y sus formas , la gente común piensa: esto que tenemos es bueno o malo conocido. Si los demás ofrecen lo mismo, ¿para qué cambiar?
En el mediano plazo, un político que desde hoy dijera a los cuatro vientos que el actual esquema conduce a la inflación galopante, al empobrecimiento colectivo, a la continua pérdida de libertades y al unicato, recogería frutos electorales cuando venga la debacle.
Muchas veces lo más “práctico” es tener teorías acertadas y principios sólidos. Pero como nuestros políticos –incluido Macri-siempre están pendientes de las encuestas de imagen, de los asesores, y de la próxima elección, no confrontan nunca con relación al “modelo” mismo. Y así nos va.