Sep 8, 2011

“¿Qué merda podemos hacer?"

Rosenwasser me recrimina recaliente que los argentinos de bien no pueden hacer nada frente a todo lo que está pasando. Que son los menos o los menos ruidosos. Y que al final del día tienen que seguir viviendo en la Argentina.

Es cierto, nadie dice que sea fácil ni que puedan llegar a cambiar algo contra las minorías organizadas que viven del estado/gobierno.

Pero por lo menos podrían indignarse, dejar de ser cómplices silenciosos, salir a la calle con cacerolas, como sí hicieron durante varios días seguidos con el gobierno de De la Rúa, por la centésima parte de lo que pasa ahora, o para protestar el aumento de las retenciones.

¿Cuánto tiempo podría ignorar o ningunear el régimen kirchnerista una protesta masiva con cacerolas, de media hora todos los días de la semana, en las principales ciudades del país?

12 comments:

  1. Creo que lo que más temia Kirchner, era esa posibilidad de cacerolazos masivos.
    Pero los neutralizó cuando fue el conflicto del campo, que hubo protestas en Olivos, y D'Elia y Moreno aparecieron con unso salvajes con palos atacando la gnete.
    Eso se repitió luego, con una organización de D'Elia perfecta, ya que con los dineros que manejaba, debía tener a sus huestes todos comunicados con celular y prestos a llegar an un periquete donde fuere.
    La clase media valora la vida, ante la posibilidad de tener muertos, el temor actuó como freno a otras protestas.

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  2. Lo que sucede es que en los 90 y hasta 2001, tenías al grupete Clarin y al resto de la manada peiodística argenta hablando las 24 horas del día de corrupción, desempleo, hambre y miseria. Los cacerolazos y apagones como el del forro de Chacho Alvarez tenían sus largas horas de pantalla y varias páginas de diarios.

    Hoy tenés a putos y putas mostrando el culo de lunes a viernes en lo de Tinelli y fútbol gratis sábados y domingos.

    El argento no actúa espontáneamente. Si no ve una masa importante de gente no se mete. Como aquel chiste del tipo que vió a 4 hombres pegándole a otro, y se metió en la pelea, y entre los 5 casi lo matan. Bueno, algo así. Es como un velero, vá donde sopla el viento. Un cagón de mierda, para hablar mal y pronto.

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  3. En cierta manera comprendo la calentura del (respetuosamente) Duque de Atamisqui; imagino que en su entorno no ha de ser fácil oponerse con cierto énfasis al 'sistema'. Las cacerolas fueron; somos tan especiales como que cada uno cree que los que se animan a cacerolear son pocos; pero en definitiva son varios los que creen lo mismo.
    Agregaría que está emergiendo una nueva clase de indignado argento: aquel que mastica baldosas de la impotencia, que sabe que lo están ensartando y mal; pero espera 'que reviente todo', que el sistema se 'depure' para que las cosas 'se acomoden de una vez por todas'. Pasó en el 2001, y se espera que haya una parte 2.
    Creo que yo soy uno de ellos. Y está mal, o al menos no debería ser así.
    No sé por que me vienen a mi mente las imágenes de "The hurt locker"...

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  4. Coincido totalmente con Gastón.
    El argentino promedio es guapo en el teclado y cagón en la calle.
    Trabajo a 6 cuadras de Plaza de Mayo y he ido a infinidad de marchas en los últimos tiempos, esas espontáneas que surgen en las redes sociales. Puedo decirles que la de mayor "rating" sumó 200 personas (y creo que soy generoso) cuando fué el tema de las AFJP.
    Aún así, insisto con mi utopía y cuando convocan voy.
    Son muy cagones, pero jamás me convertiré en lo que critico.
    Ese serían un buen slogan para movilizar gente.

    "No te conviertas en lo que criticás. O te movilizás o no señales a nadie de cagón."

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  5. No creo en las cacerolas. Si creo en los Blumbergs. Es a eso a lo que le tienen miedo: a la organización y al liderazgo.

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  6. ¿No les parece frívolo tratar de cagones a los que vivimos aquí, ponemos nuestro nombre y apellido en los blogs, estamos sometidos a la extorsión de la AFIP, y tenemos que vivir y trabajar todos los días en nuestro país?

    Me gustaría que muchos machos: 1) Escriban individualizándose. 2) Tengan bienes y familia que perder. 3) Carezcan de alternativas de irse. 4) Tengan la certeza de que las marchas de las cacerolas no serán funcionales al Partido Obrero.

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  7. Julio: cumplo con 1, 2, 3 y 4, fui a todas las marchas y si allá en Bs As son cagones aca en Mendoza son la cara de la verga (perdón por mi francés) en la marcha contra la ley de medios eramos yo, UN amigo y 3 viejas contra 45 monos kirchneristas que "espontáneamente" aparecieron y a quienes acuse a los gritos de estar pagados por el estado, no solo son cagones los argentinos, se dejan chorear impunemente y me dan asco, creo que solo es rescatable menos del 1%.

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  8. Estimados, me estoy convenciendo cuando leo este blog que hay una relación 1 a 1 entre los que leemos este blog y los que fuimos a la marcha de la AFJP.
    Creo que el tema fue absolutamente abstracto para el gran público, el futuro es un misterio, nadie en su interior terminaba de creer que la jubilación privada iba a resistir los distintos ataques de malas administraciones, malos gobiernos, incertidumbre, etc. y el manotazo a las AFJP ya estaba descontado. Es todo triste.
    Y si hay como una sensación de derrota en la gente que ve más allá de pasado mañana.

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  9. Julio Rougés, no entiendo porqué siempre te hacés cargo del palo que no vá para vos. Ya no es la primera vez que leo que saltás ante un comentario como si fueses el centro del debate.
    GENERALIZO lo del cagón argento, obviamente sin hacer hincapié en nadie, pero nadie de este blog.
    Pucha, si hasta entre nosotros nos salta la vena, cómo estamos viejo...

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  10. Ah, pero... entonces, me lo decis a mí?
    Are you talking to me?

    Tóma ésto, Jimmy: «PUM», y ésto, «PUM», y ésto también: «PUMBA».

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  11. (El PUMBA es mi golpe mortal. Me lo enseñó Chuck Norris.)

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  12. Eso dolió Klaus.

    Tome ésto, "BONK", "CLASH" y algo de "BAM".

    (A mí me adiestró Adam West)

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