Sep 26, 2011

Una vez más: No se vuelve. Se sale por Ezeiza

Siempre, siempre, siempre, recuerdo una frase de J.L. Borges. Lo estaban entrevistando a fines de la última tiranía militar. Todo era desastroso, pero había cierta esperanza en la gente. Borges se mostraba "escéptico". Destaco: escéptico, no pesimista. Aunque así lo vieran quienes lo entrevistaban. Entonces le preguntan: ¿Pero usted cree que puede irnos peor? Entonces Borges contesta con una frase poética, magistral:

"Podemos seguir hundiéndonos infinitamente."

La Argentina es un país en declive desde 1930, por lo menos. Ese declive se siente en algún lugar, aunque sea inconciente, de las personas que la habitan y da una cultura y un espíritu decadente. A veces, en las crisis, la pendiente se acentúa. A veces se produce una recuperación, pero nunca llega la subida a una recuperación considerable, ni a considerable. Con mayor o menor lapso, la declinación vuelve a producirse. Se está bien cuando la pendiente es suave, se esta mal cuando se hace pronunciada. Es una ecuación x / y, estadísticamente negativa.

La idea matemática del infinito, subjetivamente horrorizante, con la cual metaforizó Borges a la Argentina es una dura realidad. Prosaicamente: Estamos decayendo todo el tiempo. Imagínense el horror de alguien que siempre cae.

El tango, hace tiempo, ya lo ha dicho de otro modo: "Cuesta abajo en mi rodada / las ilusiones pasadas..."

Don Freeman

(Viene de acá)

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