Tienen mucha razón, pero nuestras críticas debieron haber comenzado mucho antes, y no sólo a este gobierno, sino a las instituciones y normas totalitarias que hacen posibles estas aberraciones, que convierten al Poder Ejecutivo y a sus funcionarios de segunda línea como el Administrador Federal de Ingresos Públicos o el Secretario de Comercio Interior en personas más poderosas que todo el Congreso, por supuesto, siguiendo órdenes de la reina.
Como mis posts largos suelen aburrir a la mayoría y no quiero reiterar lo que describí, los que tengan paciencia e interés busquen acá y acá.
El problema de fondo no es Cristina Fernández de Kirchner, ni Guillermo Moreno, ni los múltiples déspotas que ejercen sus cuotas de poder. Lo grave es que la oposición no reclama, se ha olvidado o se hace la distraída en que nadie está obligado a hacer lo que la ley -emanada del Congreso- no manda ni impedido de lo que ella no prohíbe (artículo 19 de la Constitución); que solamente el Congreso puede legislar en sentido material sobre la materia impositiva (artículos 14, 17, 52, 75, incisos 1 y 2 y 99, inciso 3 de la C.N.); que está prohibida la delegación legislativa en lo tributario (artículo 76), y que la subdelegación en funcionarios inferiores al presidente es doblemente inconstitucional (tendría que explicarlo, pero surge de los artículo 100, incisos 5 y 12 y del artículo 103); que la ley 11.683 otorga un "cheque en blanco" al Administrador Federal de Ingresos Públicos -es decir, a un empleaducho no electo por el pueblo- para dictar normas obligatorias a contribuyentes.
Una mejor conducción económica quizás libere, como graciosa concesión del Príncipe, el mercado cambiario o afloje las restricciones, pero siempre los particulares y las empresas dependerán de decisiones, buenas o malas, técnicamente correctas o más probablemente desatinadas, de funcionarios dependientes del presidente. Es lo opuesto a un gobierno de leyes; es el imperio de la arbitrariedad, la discrecionalidad y la imprevisibilidad.
Lo que es más grave, además de expulsar capitales, el control de cambios es una forma de controlar a la gente. ¿Qué sentido tiene el derecho constitucional de salir del país (artículo 14), si no puedo en los hechos salir con divisas extranjeras, o debo arriesgarme a la clandestinidad?
Todas estas medidas, además de obedecer a la desesperación de economistuchos preocupados, están inspiradas en mentalidades totalitarias, facilitadas por normas, prácticas e ideología de un gobierno de similares características.
Julio
Excelente post, subscribo al pie.
ReplyDeleteVa directamente al nudo de la tragedia totalitaria que vamos a vivir si persistimos en quedarnos anestesiados.
Me defeco en el 54 por ciento.
No veo mucha gente... de hecho: No veo a "nadie", uno solito que más no fuera, presentando un recurso de amparo por la inconstitucionalidad de ésta y otras medidas tomadas por los gobiernos argentinos en los últimos 50 años.
ReplyDeleteEs más: la gente pide Estado, quiere Estado, le gusta el Estado: Acá tienen ES-TA-DO.
A ellos nos los jode aunque se jodan. Nos jode a nosotros.
Se torna difícil vivir entre ovejas e indignos sin terminar siendo esquilmado e indignado. Aunque uno no sea una oveja le cabe la suerte del rebaño.
Don Freeman.
Excelente post.
ReplyDeleteFirmo al pie.
ReplyDelete+100!
ReplyDeleteUn amigo, Dr. en Derecho él, me dio una explicación muy breve al respecto:
ReplyDeleteDesde el año 1930 rige en Arg. un sistema jurídico paralelo al de la CN, el de la Emergencia, que está por encima de la anterior.
No soy abogado y no se si es rigurosamente cierto. Pero, como se suele decir en ingeniería, "todo funciona como si (lo fuera)".
Pablo
Muy bueno.
ReplyDeleteSolo que la opinión pública no acompañaría a la oposición si encarara estos temas. Creo que esto quedó probado cuando manotearon la plata de las AFJP y el público le dio la espalda al tema porque no entendió la importancia y el significado de lo que estaba pasando.
Yo personalmente lo viví cuando le comenté a unas amigas que estaba yendo a la manifestación y les expliqué por qué y la conclusión que sacaron fue que me interesaba mucho la política, como si se tratara de un hobbie mio.
Y unas semanas después las mismas personas me comentaban su preocupación por adquirir un inmueble chico para alquilar y tener un ingreso y no ser una carga para sus hijos.
Me resultó revelador, el tema era tan abstracto que no les parecia que tuviera ninguna relación con sus vidas.
En Argentina es como si los procesos de destrucción de instituciones fueran de retroalimentación positiva: parece que cada nuevo manotazo que da el estado fuera una justificación para que venga el siguiente manotazo. Es re loco.
Calidad a la que nos tiene mal acostumbrados don Julio.
ReplyDeleteEs tal cual. Pero somos unos pobre gritones pidiendo por cosas "abstractas" como las leyes, cuando la banda de energúmenos en ejercicio se nos recontracaga de la risa, a caballo del "pragmatismo", las decisiones "patrióticas", lo que "necesita" el "pueblo".
Somos víctimas con las manos en alto quejándonos inútilmente con el asaltante que nos apunta, arguyendo que no tiene derecho a quedarse con nada nuestro.
JL
... o por lo menos hoy así me siento.
ReplyDeletePorque, uno objeta, ¿pero a quién? Con un juez supremo apoyado corporativamente por sus pares, con ingresos provenientes de casas de putas que falla que no es tan serio que una nena haya tenido que saborear y oler el pene de un tipo porque -después de todo- no lo vio, ¿a quién le vamos a ir a reclamar la vigencia de la división de poderes?
JL
Coincido con Julio en que el pataleo debería haber empezado hace MUCHO, y que tendría que haber sido MUCHO más enérgico.
ReplyDeleteLamentablemente, desde aquella vez en que la chancha D'Elía y sus camisas negras sacaron a trompadas a la gente que fue a manifestar a la plaza, acá nadie sale a ningún lado a quejarse de nada. Lo más violento que ves es un hashtag "ofensivo" en Twitter. Uno calcula "Voy, pongo el lomo, ¿y cuántos vamos a ser, 100 tipos? Nos van a mandar tres escuadras de morochos del conurbano y nos van a moler a palos. No way, Joséi."
JL
Muy bueno. La diferencia entre República y Democracia, lo que siempre hablamos.
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