Feb 3, 2012

Así en Argentina como en España.


Continuando con la serie de paralelismos entre la democracia española y la argentina de los últimos treinta años: otro breve artículo de opinón de Gabriel Albiac. Habla de España, podría –con algunas variaciones que el lector sabrá hacer- estar hablando de la Argentina.

España hoy agoniza. Y no es la recesión —siendo, como lo es, la más honda en la historia del capitalismo— lo que va a matarnos. Es la red de infantiles leyendas, exhibida en el barato guiñol a cuya custodia hemos sido entregados, la que nos aniquila. Sin una sola resistencia firme. Terminales ya. Y resignados. Hace siete años que, desde todas las instancias del poder, sólo se narran cuentos infantiles, bondadosos cuentos, la peor literatura, esa que sólo busca sedar y hacer cada vez más necio a quien la sufre. Es lo imperdonable. De los socialistas españoles, conocíamos ya la automática capacidad para el delito. No imaginábamos que el capricho de un semiadolescente mental pudiera trocarlo todo en parvulario. De zombis.

(…)

No hay leyenda inocente; funcional, sólo. Las del nieto del abuelo bueno escalofriaban por su puerilidad a cualquier mente adulta. Pero eficaces, lo eran. Revelaban, en su marcado anacronismo, una cabeza dislocada. No era eso lo grave. Lo grave era que una fracción relevante de la población española estaba lo bastante enferma como para identificarse con eso. Un país cuyo imaginario sigue anclado en el desgarro bestial de los años treinta y en el sordo rencor que vino luego, se abalanzó, alegre, al abismo que aquel inconsciente le abría. Y, a partir de 2004, no ha habido en la política española más que mitologías.

(…)

Y habrá de afrontar la realidad que sepultaron (…) años de relato mítico. Será duro y sin lírica. Es la hora de la prosa. ¡Ay de los que llaman política a su mala poesía!

No comments:

Post a Comment

Note: Only a member of this blog may post a comment.