Se llamó peronismo por la persona que se apropió del rol de guía, pero podría tener otro nombre, porque la simiente en que se sustenta está implícita en la personalidad del argentino medio y Perón lo captó y lo aprovechó. Erradicar esa manera de pensar sería el único modo de quebrar la persistencia en el atraso y el fracaso sobre la base de culpas exógenas porque es el camino para no pensar ni hacerse problemas por algo, y eso llevaría más que los doscientos años que contamos como ¿país? sin serlo.
El argentino es como esas plantas que crecen sin que alguien se ocupe de cuidarlas o como esos camalotes que van adonde el agua los lleve. No por nada el mismo Perón dijo una vez que somos borregos y precisamos leyes de rebaño y es una de las pocas cosas en que puedo estar de acuerdo. Se habla de educación, de respeto a las leyes, de solidaridad, pero se olvida que los argentinos vivimos aquí como en una pensión en dónde se está de paso. Desde bien arriba hasta lo más bajo nadie planea algo, nadie piensa que hay un mañana y que hay que preparar el terreno para que vengan las generaciones posteriores, ni los gobernantes con la única excepción de dos o tres ya pasados, ni los gobernados, o sea nosotros. Dios proveerá y siga Pancho por la vía.
Hay una frase que define mejor que cualquier tratado sociológico cómo nos comportamos: "Yo, argentino", es decir "Qué me importa" o "No me meto" aunque a mi alrededor vea que el entorno se desploma no voy a mover un dedo.
Es visible que con un material de esa clase no se puede construir una Nación, ni siquiera un club. Somos un amontonamiento de gente que parece una comunidad porque habla un mismo idioma y cree merecer tener los mismos símbolos patrios pero es todo una fábula. Y cada tanto, nos invade una onda patriotera y pensamos que estamos en el buen camino, pero eso también es una mentira insuflada.
Creo que hay pocos ejemplos de comunidades más disgregadas e individualistas que la nuestra y ahí es donde lo que llamamos peronismo prende con mayor virulencia: En el sujeto que piensa que yéndole bien a él, el resto que se joda o en el que cree que lo que recibe sin que le corresponda es gratuito sin intentar pensar que se lo han sacado a alguien que tal vez lo precisaba más. Y esto se aplica a funcionarios, empresarios, trabajadores o cirujas.
Por ahí aparece un Discepolín que lo advierte pero es uno en el montón, muy poco para generar una tendencia. Entonces la onda es otra.
Sí, Perón fue el que capitalizó esto, de no ser él, hubiese sido otro pero el virus ya estaba en el cuerpo de esta aglomeración de personas. Echarle la culpa -de la que una parte le corresponde - no es estrictamente justo. Sin duda algún otro hubiera tomado esta idea. Como el germen de la gripe: Estaba en el aire y alguien se iba a contagiar.
Miguel Nielsen
Claps!
ReplyDeleteMuy muy bueno, Don Miguel Nielsen !
ReplyDeletees verdad: Peron es la consecuencia de esta sociedad y no al reves.
ReplyDeleteA M.Grondona Perón le dijo que él esperaba después del 17 de octubre que la oposición lo frenara, que ni él mismo se había imaginado llegar hasta dónde llegó... y nada, otro "delirio de unanimidad" ("EL" gran delirio zoológico) lo ungió. Aceptación por acción y omisión.
ReplyDeleteCreo que la palabra 'peronismo' nombra a una patología social típica argentina, mezcla criolla de fascismo, nazismo, populismo, de orígenes atávicos nativos y españoles, que tiene la propiedad elástica de enmascarar cualquier idea o propuesta de acción para tergiversarla y corromperla en haras de un poder absoluto e individual.
No estoy tan seguro de que nadie planea aquí. Hay una nomenklatura mafiosa, muy bien informada, que por lo menos programa con anticipación sus latrocinios. Hay que verlo a Perón en un reportaje en el '70: da escalofrío ver como anticipa todo lo que iba a suceder. Hay aquí una gran inteligencia para el mal.
Esa patología social antes se llamó 'rosismo', pero el rosismo fue resistido por otras corrientes heroicas que lo inocularon al menos: la generación del '37. Nadie fué a pedir consejos a Southampon.
En cambio Perón siguió manejando los hilos desde Madrid, otorgándole sus favores a los arrastrados que iban a visitarlo. Eso demuestra que la metástasis ya era definitiva, y sucedió lo que tenía que suceder. Y el nombre fatal de esa enfermedad terminal es 'peronismo'.
Gus VF
De alguna manera Argentina consiguie reunir lo peor de cada sistema: del capitalismo se queda con el de amigos, del socialismo se queda con el control omnipotente del estado y redistribucion bajo forma de clientelimso, del individidualismo se queda con el salvese quien pueda.
ReplyDeleteYo no se quuien causo a quien, si Peron al pueblo argentino o se retroalimentaron...