Adolescencia tardía

Triste, muy triste. Una payasada en todo sentido. Estamos hablando de una gestión municipal que dilapidó fortunas e iniciativas en poner en marcha una caja de zapatos sobre rieles.

Les puedo asegurar que el tren urbano es un metejón de 5 tipos, profesionales arquitectos (colegas), docentes universitarios a los cuales les asignaron 'resolver los graves problemas estructurales de la ciudad', y no tuvieron mejor idea que encerrarse en un estudio de 'planeamiento municipal', en donde corre mucho café, chill out, cigarrillos negros y revistas de urbanismo europeas. Con eso empaquetaron a la gilada, nos hicieron creer que los problemas de la ciudad se resumirían con un supositorio con corneta, recorriendo ninguna parte, uniendo la nada.

Pretendió complementar al bondi y al taxi, con frecuencias inverosímiles; terminó paseando jubilados y pensionados, los fines de semana, 3 viajes por día, meta corneta; en un recorrido que incluye el paso por casi el medio de un playón de una estación de servicio, o a centímetros de un Coto; y tramos en donde mi abuela, en silla de ruedas, va más rápido que el trencito de la tristeza.

En esa huevada se resume casi toda la gestión de Blabletta; una absurda y malograda emulación de experiencias europeas, en una ciudad en donde no logramos sortear modismos propios de la colonia, como tampoco la permanente adhesión santafesina por la antimodernidad, un deporte que prevalece, inclusive, en los promotores de estas 'patriadas'.

Se presentaron como los restauradores de 24 años de decadencia peronista; la gente, cansada de vivir con el barro en la pera, los votó como la 'esperanza blanca'. Algo lograron; cambiaron los retratos de Juancho y la Perona por el del Alfonso; pintaron algunos cordones y se dedicaron a despilfarrar guita en emprendimientos culturales, para calmar la sed de quien sabe qué megalómano suelto de estos pagos.

Lo dije alguna vez por acá. Creen llevar adelante una gestión similar a la de Barcelona; con procedimientos de la Prefectura de Tokio; pero con mano de obra de Zambia, y recursos nulos.

Hoy, están sin guita, sin ideas, y sin tren. Porque les aclaro, el 'Cochemotor' hoy no circula, dado que por asuntos de jurisdicciones el gobierno nacional decidió que no puede circular.

Desde mi ventana se ve, a lo lejos, a los dos ejemplares 'industria nacional', pudriéndose prolijamente al sol.

Mientras tanto, el barro ya nos tapó la boca. Hace rato.

Francisco