Es al cuesco

Respuesta del Mingo Cavallo a un lector que considera que el camino a las inversiones y el aumento de la productividad pasa por la inflación y las devaluaciones:

Todos los países que desde 1945 en adelante tuvieron sus monedas atadas al dólar o las dejaron revaluarse (no devaluarse) tuvieron un desarrollo muy superior al de Grecia y no sufrieron las crisis inflacionarias y las devaluaciones que azotaron a Grecia en ese período.

¿Por qué entró Grecia al euro? ¿Porque la mayoría de los griegos no quieren que Grecia salga del euro? El aumento de la productividad y las inversiones productivas no vienen de la mano de la inflación y las devaluaciones sino que se producen sólo cuando hay estabilidad y la moneda, lejos de devaluarse, se fortalece porque se va cerrando la brecha de productividad con las economías más avanzadas. ¿Cuándo hubo más inversiones productivas en Argentina? ¿En los 80s y en los 2000s, en medio del descontrol inflacionario o durante los 90s, cuando tuvimos estabilidad? ¿Cuándo se invirtió en energía y en trasporte de cargas (por ferrocarril y por camión)? ¿Cuándo se dragó el Paraná y se construyeron los puertos eficientes que nos permiten exportar? ¿Cuando se modernizó el campo y se produjo el impresionante aumento de rendimientos que nos permitió aprovechar al máximo el fuerte mejoramiento de los términos del intercambio desde 2002 en adelante? ¿Cuando se instalaron las nuevas fábricas de automóviles (FIAT, Chevrolet, Toyota, etc.) que trabajaron a pleno durante la última década? ¿Cuándo se modernizó la industria manufacturera? No me diga que luego de la devaluación, porque eso no es cierto. Luego de la devaluación sólo se invirtió en actividades que sustituyen importaciones pero que ahora, con el peso no tan devaluado no logran subsistir y necesitan protección arancelaria extrema. Además, se invirtió en casas y departamentos de lujo como forma de proteger los ahorros contra la inversión. Pero no ha habido inversiones realmente productivas. Incluso se deterioró la capacidad productiva en sectores importantes como la ganadería y la energía.

Yo estuve en Grecia y nadie me dijo que la agricultura o el turismo hubieran sido afectadas negativamente por el euro. Todo lo contrario. Lo que ocurrió es que los políticos se engolosinaron y aumentaron el gasto público de una manera inusitada, distribuyendo beneficios a troche y moche, permitiendo que la gente del sector público y de algunos sectores profesionales se jubilaran muy jóvenes y se pagaran jubilaciones exorbitantes a los privilegiados. Además se llenaron de empleados públicos las oficinas y las empresas del Estado. Al decir de Miranda Xafa, los ferrocarriles griegos tienen más empleados que pasajeros. Es decir, en Grecia aprovecharon el euro para hacer lo contrario a lo que hicimos nosotros en la década del 90: acá bajamos el gasto público improductivo pero allá casi lo duplicaron. Por eso hoy tienen una deuda con respecto al producto bruto que es más de 4 veces la que tenía Argentina al final del período de la convertibilidad. Si los griegos quisieran hacer desaparecer esa deuda por vía de la dracmización, como se la hizo reducir en Argentina por vía de la pesificación, la inflación que estarían introduciendo en la economía sería como la que vivieron luego de la segunda guerra mundial. Por eso, los griegos, que son inteligentes, no quieren salirse del euro y no quieren volver a la dracma.

El pueblo Argentino tampoco quería salir de la convertibilidad. Fueron políticos de poco cacumen y empresarios fuertemente endeudados que se habían acostumbrado en las épocas de inflación a que sus deudas se les licuaran los que arrastraron a nuestro país a la desastrosa pesificación y devaluación de enero de 2002. Si en lugar de esa salida, hubiéramos recibido el apoyo que el FMI había comprometido y nos retiró en el momento más inoportuno y hubiéramos concluido con el proceso de reestructuración ordenada de la deuda que estaba justo en la mitad, hoy Argentina estaría mucho mejor de lo que está. Lamentablemente hoy estamos enfrentando otra crisis como las de los 70s y 80s, con un virtual aislamiento de Argentina con respecto al mundo y con la peor enfermedad económica: la inflación.

Los griegos no quieren salirse de Europa y entrar en el club de los países inflacionarios y estancados.