Apr 24, 2012

Ojo

Que mucha otra gente -probablemente de clase media más baja- ni se imagina lo que se está gestando. Además, me consta, no tienen conocimientos ni deseos de saber.

No, si para que crezcan los microbios tiene que haber un caldo de cultivo adecuado.

Con respecto a la inmensa mayoría de la casta política: Están en el Estado para robar desde ahí. Se colocan, por intermedio de la política, en una posición tal que, aunque quiebre el país, ellos no lo hacen, quedan bien plantados de por vida.

Definitivamente: En la Argentina, a esta altura de los acontecimientos, desde hace una década y más que nunca, el Estado es un lugar al que se accede exclusivamente para robar, en los tres poderes. Ya no es una actividad concomitante con el gobierno. El gobierno es adjunto al robo. Desde manejar el mercado, quebrar y comprar empresas, cobrar coimas para no impedir un ejercicio del comercio perfectamente legal y en regla, pasando y hasta llegar a todo lo imaginable en donde pueda estar el Estado.

Se legisla, decreta y falla para robar mediante actos de gobierno. Desde la presidencia hasta el último empleado público con posibilidad de hacerlo.

Los problemas reales prácticamente no se tratan, no se solucionan, porque todo el gobierno está ocupado en sus "negocios con la cosa pública".

La verdadera confiscación no es la de YPF, es la del gobierno a sus ciudadanos por parte de la casta política. La perversión casi total de la función pública. Todo el que puede trincar, trinca. Y no estoy hablando del tradicional soborno, sino del hecho de asumir el cargo de gobierno como una empresa particular que le reporta beneficios al interesado, como función principal, no secundaria. La coima era adyacente al cargo, ahora el cargo es adyacente a la expropiación del dinero de los particulares. Hago como que y/o cuando no me ocupo de mi negocio estatal, me ocupo de mi función específica. Esa es la posición del cargo político, sobre todo ejecutivo y legislativo, pero también jueces -la corrupción judicial tiene una data que viene de la colonia-, que están menos visibles; y de todo cargo público susceptible de ser convertido en una fuente de ingresos por sus funciones.

Esto, desgraciadamente, trascendió el simple soborno. Ya es un latrocinio generalizado, virtualmente aceptado por la casta política, desconocido por la población y no abordado por la prensa ni los investigadores especializados. Y se está llevando puesto al país. Lo que va a quedar de esto es una destrucción digna de una guerra. Tal vez sea lo mejor. Aunque tratándose de Argentina, toda esperanza es vana.

Don Freeman

(Viene de acá)

4 comments:

  1. Cuánta razón tiene, Don Freeman.
    Y no hay peor ciego que el que no quiere ver.

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  2. uhhhh... si...
    ahi viene el cuco!! el cuco!!!

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    1. Tengamos fe, anónimo, en una de esas los Kirchner descubrieron el populismo que funciona.

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